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Midi d Ossau ( 2.885), Cara N, Pilier del Embarradere

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Pilier del Embarradere 350 mt 6c/A1 ( 6a+ Oblig.)


14.09.18  Oscar y Javi
  
       El hombre tiene ilusiones como el pájaro alas. Eso es lo que lo sostiene.
Blaise Pascal (1623-1662) Científico, filósofo y escritor francés



Creo  que siempre he querido subir al Embarradere. Desde la primera vez que leí a Bellefon, en su relato de la ascensión “100”. Me impresionaba la descripción sobre las dificultades y ambiente de esta escalada. Guardaba la ilusión que determinadas vías nos meten en el cuerpo, y pensaba que tarde o temprano habría que pasar por los parajes que el libro describe.
A veces cumplir los sueños nos empobrece , pues perdemos una ilusión que ha anidado durante tiempo en nuestro interior. Pero a veces, muy de vez en cuando, ocurre que cuando cumples con una ilusión te das cuenta de que todo tenía sentido , pues tienes la fortuna de vivir una experiencia tan bella que justifica el hecho de haber guardado durante tanto tiempo un deseo anhelado.



   Hace 2 años Óscar, Isma y un servidor, le dimos ya un intento a la vía ,que salió truncado. La liamos un poco abajo y se nos hizo tarde…simplemente no era el día. 
       Esta vez, fue distinto. Cuando la niebla nos abandonó, casi en el collado de Pombie, un escenario casi mágico se abrió bajo nosotros. El mar de nubes hacía de colchón para unas montañas que iban cogiendo los tonos del atardecer… Balaitús, Palas, Frondellas…..  Es habitual que haya niebla aquí, pero no por ello dejo de quedarme embelesado cuando te toca semejante premio.


Es tan bonito lo que vemos que me transmite una profunda tranquilidad. Somos unos afortunados. Sin duda en gran parte es por ESTO por lo que venimos a las montañas.



    En el refugio, hubo momentos de cierta tensión al comprobar que había olvidado mis pantalones. He subido con un pantalocillo corto esperando mojarlo con la niebla y pensaba que llevaba el largo en la mochila para mañana para pasar el día “en la nevera”, pero no, no llevo nada. Rebusco entre los restos olvidados del verano en el refugio y finalmente encuentro una especie de pijama. Huele a Troll. Me miro la pinta y me sonrío… el Sr Barragán sería un Dandy a mi lado… pero bueno es innegable que en mi circunstancia es todo un regalo. Finalmente nos apañaremos gracias a Oscar e incluso podré usar unas mallas , no será necesario pasar el día oliendo a cabra…

  A las 05.30, estamos compartiendo desayuno con otros dos franceses que también madrugan. Van al espolón N del Grand Pic. Uno tiene las manos del increíble Hulk, el otro mirada y maneras del que lleva muuuchos años en la montaña. El de las manos de árbol se llama Serge, y se apellida Casterán.
-       Vais al Embarradere, verdad? Me dice
-       SI. Y tú lo escalaste sin cuerda verdad Serge?, le digo
-       Sí, pero era mucho más joven ( y se ríe)
-       En España te conocemos bien  (Y nos reímos)
Ayer estaba el refugio lleno de franceses y la gran mayoría no tiene ni idea de quién es Serge Casterán… está claro que la montaña no es igual que otros deportes de masas….



     Aproximamos en 1h y media, y comenzamos a escalar a unos 2º o 3º. La nevera está en marcha y no tiene el motor averiado. Menos mal que voy de largo.


Vamos escalando sin prisa pero sin pausa, concentrados y tanteando con cuidado. El largo de acceso y los 2 primeros largos requieren atención. Hay bloques de gran tamaño medio sueltos y debes de moverte con precaución, apoyándote pero no tirando de los bloques. Algún paso ya te hace empezar a escalar. 


   A partir del 4 largo ( 3º del Pilar ), comienza el auténtico Embarradere.  El Pilar cambia de ángulo y comienza a desplomar de forma contínua. La roca además se vuelve bastante más sólida. Óscar prueba a escalar en libre y yo optó por la opción conservadora (ves fisura, metes friend, te agarras sin piedad como si fuese una presa más, o te cuelgas de forma rápida para no gastar energía de forma innecesaria). Los largos son guapos, terreno atlético y se protegen bien.



Es gracioso como en cada reu nos pasa lo mismo, al que le toca salir mira, no tiene mala pinta ( dice ), sale y en un momento empieza a resoplar.
-       Joderrr, que esto está patrás…. 
El que asegura lo mira, sonríe, y cuando le toca entrar en acción comprende el porque de los bufidos.

Llegamos al largo del derrumbe, Juan Luis y Ramón con Alfonso, pasaron por aquí hace 2 semanas, siguiendo su consejo totalmente acertado seccionamos el largo. De hecho la mejor manera de plantear la vía es partir los 2 últimos largos en 4, las reuniones intermedias favorecen que la cuerda corra mucho mejor, y sino se va mal de tiempo te hará disfrutar más de la vía.

Hay un vacío importante bajo nosotros, más ambiente que en Chueca… eso sí hay bastantes clavos y la vía es fácil de seguir con una buena reseña.

Estamos llegando arriba, va todo sobre ruedas y de pronto caigo en la cuenta de que estamos llegando al final del Embarradere. Miro y la niebla está comenzando a ocuparlo todo allá abajo mientras el Sol nos da unos lametazos color naranja. Esto es increíble, estamos muy felices. Siento una profunda emoción.


Decidimos acabar por donde se terminan éstas cosas, por la cima. Y subimos a la cumbre del Osseau para bajar por el camino de la normal.




Mientras bajamos no podemos dejar de hacer fotos y de sonreir, somos unos afortunados. Y lo sabemos.




  Una ilusión termina... y otras empiezan...  es la vida del montañero...  La vida es Sueño, decía Calderón, y nosotros ya estamos empezando a mirar hacia otras montañas...
                                                    
                                                        SIEMPRE ADELANTE!!

SALUD!!!!



Manantial de la Noche. Peña Santa de Castilla.

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Pues así llegamos al manantial de Vegahuerta, de noche. Cansados y sedientos, pero bajo un cielo estrellado. El estrés empieza a quedar atrás. La tensión acumulada en el día empieza a transformarse en satisfacción y un sentimiento de alivio comienza a recorrer nuestro cuerpo. Ha salido todo bien y, ahora toca celebrar; sacamos de la tienda las cervezas reservadas para la ocasión. Ya no hay prisas, brindamos por una de esas escaladas que no se olvidan.


Si bien es cierto que la ruta no cuenta con pasajes de elevada dificultad técnica, conviene no subestimarla. Sin intención de amedrentar al personal, solo la recomiendo a condición de estar al nivel que demanda. Todos los largos son exigentes en cuanto a elegir el camino correcto y,  protegerse con ciertas garantías. En muchas ocasiones hay que ir fino y con las cosas claras. En la primera parte la roca requiere atención, pero no por ello disminuye la calidad de sus largos. Arriba, el ambiente aumenta y la roca se vuelve sublime; recia, larga y con el compromiso que lleva implícito escalar en Peña Santa.
Sin lugar a dudas esta vía pasa a engrosar mi lista de las mejores que he escalado en Picos de Europa, excepcional.







De material llevamos: dos juegos completos hasta el 2, más el 3 y 4 de camalots,  junto con unos pocos fisureros pequeños y algún coordino. Por lo general las tiradas son bastante largas y las reuniones son a montar o reforzar. Con el material que comento se escala sin problema.
En cuanto al croquis, con los que cuelgo entre uno u otro vas descifrando el itinerario, pero aun así reconozco que hay que ir mirandolos y, no siempre con la certeza de que estas acertando.






Llegamos a la cima de Peña Santa con margen de hora y media de luz, así que no hubo mucho tiempo para fotos cimeras. Por suerte recordaba el descenso por la Canal Estrecha de otras ocasiones, lo malo; que sabía lo largo y tedioso que es el regreso a Vegahuerta.
Un hurra por Rebe y que mantuvo el tipo hasta el final.


En fin, lo de siempre. Aquí os dejo unas fotejos, los croquis y algo de info por si alguno se anima a escalarla.


Saludos y buenas escaladas.



K2, La Montaña sin Retorno

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El K2, ¿la más hermosa? La más cruel.


¡¡25 años!! ¡No puede ser! Los recuerdos están tan vivos que es difícil aceptar que, inexorablemente, el tiempo pasa y ha pasado sin parar.

Hace 25 años estábamos en el Karakorum, en Pakistán, intentando escalar nada menos que el K2. Era la evolución lógica, pensábamos nosotros, después de casi veinte años escalando montañas tanto en los Andes como en el Himalaya y el Karakorum.

Pepe Garcés, apoyado por su club, Montañeros de Aragón de Zaragoza, había organizado esta expedición que finalmente también asumió nuestro club, Peña Guara de Huesca.

Formábamos un pequeño grupo de seis alpinistas y un médico.  Algunos (Pepe Garcés (jefe expedición), Javier Escartín y yo mismo, Lorenzo Ortas) ya habíamos participado juntos en anteriores expediciones y otros (Manuel Avellanas (médico), Lorenzo Ortiz, Javier Olivar y Manuel Ansón) era la primera vez que íbamos a compartir una expedición. Aunque algunos ya tenían un historial más que envidiable, nuestra fortaleza consistía en que éramos un grupo de amigos capaces de trabajar en equipo.

Cuando pedimos el permiso de escalada al K2, todavía nadie había completado la ascensión hasta la cima de la vía Cessen, por eso elegimos esta ruta. Pero el año anterior a nuestra expedición, Kike de Pablo, Juanito Oiarzabal, Alberto Iñurrategi y Juan Tomás completaron la ascensión a la cumbre de la ruta Cessen que desde entonces también se conoce como la vía Vasca.

Nuestra expedición iba muy bien. Estábamos disfrutando de la escalada. Teníamos todos los ingredientes para ello; una montaña alta, muy alta, muy grande. También una montaña bella, muy bella.  Una vía difícil, aunque dentro de nuestras posibilidades, relativamente segura,…  y, sobre todo, un grupo de amigos compenetrados y trabajando cada uno según sus posibilidades pero sin escatimar esfuerzos.

Todo iba muy bien hasta que finalmente todo fue muy mal. No fue una expedición de la que podamos sentirnos orgullosos porque dejar en la montaña a tres amigos fue  una tragedia, muy triste, pero, también fue un gran fracaso y no se puede catalogar de otra manera.

Sólo el mantener vivo el recuerdo de nuestros amigos me anima a recordar esta efeméride. Ellos llegaron a la cumbre del K2 pero no pudieron bajar.

Fue un dolor tan desgarrador el que vivieron, y todavía viven, los que perdieron a sus seres queridos, que yo decidí que si los míos no compartían la ilusión y el riesgo de las altas montañas, no tenía derecho a hacerles pasar por eso y no volvería a ninguna expedición más. Y ya no he vuelto.

Posteriormente escribimos un libro como recuerdo y homenaje a los amigos desaparecidos (K2, La Montaña sin Retorno. Ed. Prames), libro que en la actualidad está agotado. El borrador del texto que yo escribí para este libro se puede descargar desde este enlace http://p-guara.com/wordpress/wp-content/uploads/2020/08/K-2-libro-completo-corregido.pdf  Este relato es una fiel descripción de la expedición, a veces casi como una confesión. Está tal cual lo escribí, sin cambiar ni una coma. Todas las conversaciones por walkie-talkie se grabaron (pretendíamos hacer una película de la expedición), así pues los diálogos que aparecen en el relato son transcripciones exactas de lo que hablamos, aunque, lógicamente, se omitieron los tacos y palabras malsonantes que todos empleamos cotidianamente pero que a nadie se le ocurre emplear en un lenguaje escrito.  

Manuel Ansón regresó al Karakorum dos años después y escaló el Broad Peak. Pepe Garcés también regresó al Karakorum y al Himalaya  porque se empeñó en la ascensión de los catorce ochomiles. Pepe ascendió al K2 en 2001 y ese mismo año desapareció en el Daulagiri. Pepe Garcés había ascendido hasta entonces seis ochomiles. En cuanto a mí, no había vuelto al Karakorum. El invierno pasado, después de 24 años, regresé al Karakorum, al Campo Base del K2 invitado por Alex Txikon que iba a intentar la escalada invernal. Fue una experiencia inolvidable y por la que siempre estaré agradecido a Alex. Además de compartir treking y expedición con un grupo de personas que desde entonces ya considero mis  amigos, volver a ver esta montaña, recordar todo lo vivido allí, visitar el Memorial,… todo fue muy emotivo y estoy muy contento de haber vuelto. Yo creía que tenía esta historia superada pero algo había allí, algún asunto sin cerrar, y me fue muy bien volver a “ver” a los amigos que simbólicamente están en el memorial. Allí estuve, mejor dicho, estuvimos, llorando un buen rato y después ya me sentí mucho mejor.

Lorenzo Ortas

Agosto 2.020



El Baltoro, seguramente la mayor concentración de hermosas montañas. La Torre Musthag.


                   M. Ansón, M. Avellanas, J. Escartín, L. Ortiz, L. Ortas, P. Garcés, J. Olivar


Subimos al abrigo de las avalanchas.



Una pendiente constante de 3.500 metros de desnivel.

 



Campo II, 6.600 metros. Siempre sepultado...

...a veces con nosotros dentro.


                                      Llegando a7.000 metros. El Broad Peak ya no parece tan alto.

El Chogolisa

                                               Partimos se noche hacia el Hombro


         Llegando al Hombro. Los Gasherbrum y los Broad Peak. Estamos casi a 8.000 metros

           y ya vemos el Cuello de Botella y el famoso serac.

                                     Nuestro campo IV, en el Hombro, a 8.000 metros

               Slaiter y Alison nos visitan en el Hombro


        Abdul y Avellanas nos cuidan durante la larga espera...

       Desde el helicóptero, última mirada a nuestro amigo Abdul y al K2



        2.001. Pepe Garcés llega a la cima del K2


       24 años después, en el Memorial


LARGAR AMARRAS... LA MATURE, "La bouffée délirante"

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LARGAR AMARRAS...

LA MATURE, "La bouffée délirante"

Primeros de julio del 2020 

 

Le chemin de La Mature… Una de las visiones más espectaculares e impresionantes de nuestro Piri. Un camino abierto a golpe de barrena a través de una laja caliza casi sin relieves que sobresale de entre los frondosos bosques del valle de Aspe. Durante cosa de 200 m o más, el trabajo de los barrenadores talló a media altura de la pared un camino con la anchura suficiente como para permitir el transporte de los troncos de abeto, especialmente preciados para la marina francesa por su longitud y regularidad, destinados a la mastelería de fragatas y bergantines. 

En el primer largo, 6a
 

Hoy el día el chemin de la Mature es el inicio de una de las excursiones más estéticas del Pirineo Occidental, que partiendo de Etsaut y atravesando el chemin de la Mature conduce hasta el refugio e ibón de Ayous, con espectaculares vistas sobre la vertiente norte del Midi. Algún día, cuando las tareas pendientes del pirineísta hayan sido cumplidas, o cuando las lesiones o los años me den ocasión para ello, recorreré esta senda hasta Ayous y me demoraré en la contemplación del paisaje sin preocuparme de la escalada. Pero eso será más adelante. De momento, tenemos una cita en la Falaise de la Mature.

Segundo largo, V sup
 

Urdos, La Mature. Recuerdo un artículo en alguno de los primeros números de Desnivel, fotos espectaculares prestadas de un Alpirando del 82. Eric Boileau escalando en solo “Venus” en la pared de Urdos… A comienzos de los 80, Urdos y La Mature, al igual que el Verdon una década antes, revolucionaron la escalada, al menos la pirenaica. Los protagonistas, Boileau, Christian Ravier, Eric Petetin, Bunny… desarrollaron una escalada exigente en un entorno severo, pese a no tratarse en realidad de una “gran” pared: 200-250 m máximo.

Pasó el tiempo, el tipo de escalada plaquera y semiequipada de la Mature dejó de estar de moda. Patrick Berhault liberó algún 8º por aquí, pero ahora la gente no se agolpa en la base de las vías. En todos estos años, Juan y yo nos dejamos caer un par de veces por aquí, y la experiencia nos dejó buen sabor de boca: Asterix, Passagers du vent, La Major…

 

2º largo. Fisuras discontinuas y bastante cacharreo con un paso curioso al final del largo

Hace unos años, encontré en Baiona una guía de la zona, editada en 2012 por “La Maison de la Montagne” de Pau. Más allá de los croquis y de saber que poco a poco la escuela ha sido restaurada sin alterar el carácter de las vías, la lectura de la introducción, con todas esas batallitas de aquellos años, es un auténtico placer. Incluso hay referencias a la Gîte “Le Randonneur” ,en Etsaut, donde echamos un pote tras la escalada. Por desgracia, no vimos rastro del legendario libro de piadas original. La próxima vez  habrá que preguntar.

Para nuestra primera salida pirenaica tras el confinamiento, a primeros de julio, elegimos la Mature. Una calurosa mañana, antes de que los randonneurs se pongan en camino, salimos del saco de dormir bien prontito con la idea de escalar la Bouffée delirante, vía que promete ser interesante a causa de los dos péndulos a realizar en su tercer largo.

Tercer largo, a por la primera fisura
 

 

Los días son largos, aun quedan horas de luz. Pero para cuando los ráppeles de la Asterix nos dejan de nuevo en el chemin de la Mature, entre el calorazo y la fatiga de la escalada, no dudamos en dar la jornada por amortizada, y bien amortizada además. Seis largos y unos 200 m de escalada entre el 6ª y el 6b. El grado es de los años 80, y se nota. Hay que pelear cada largo, empezando por el primero, el más equipado, y algunos además hay que protegerlos. El tercer largo, como prometía, será espectacular. Tres hermosas fisuras paralelas a proteger rayan una placa compacta y sin relieves aparentes. En lo alto de las dos primeras, sendos puentes de roca con sirga y mallón para pendulear. La escalada de la última fisura es preciosa, pero al final se ciega y hay que salir a su izquierda por unos pasos en placa cada vez más delicados, hasta llegar a la reunión. Juan asciende este largo en estado de gracia, protegiendo el paso final, de 6b o así, con un tótem txikitín. A todo esto, hay que decir que los 40 m de este largo, salvo los anclajes de los péndulos, están limpios.

 

Primer péndulo

Por mi parte, deshago los péndulos como buenamente puedo, y estoy a punto de volar en el dichoso pasito. Por lo menos, en el siguiente largo me desquito superando limpiamente un techito de 6ª+ protegido por un parabolt. Pero hoy está claro que le toca currar a Juan. Su próximo largo será duro y exigente. Tres parabolts no demasiado próximos protegen una sección de 6b bien dura, para luego seguir culebreando por terreno a proteger de V+/6ª o así.

 

Quinto largo, 6b

Lamentablemente, las fotos no le hacen justicia a la vía. La mayor parte de las reuniones están en repisas sin buena visibilidad.

Una buena vía para exprimirse y cacharrear. Una buena pared donde aún nos queda mucho por hacer… pero mejor para otoño o primavera, pues en verano puede hacer mucho calor. Un placer especial el recorrer estos lienzos de roca, impregnarse de las historias de sus protagonistas y revivir los escalofríos que sin duda sintieron al explorar estas paredes. 

Patxi Lasarte

Atravesando el "cortado" de la Mature. Por esos desplomes anduvo Berhault -que tipo más elegante- liberando algún 8a.

 

Era nuestra primera escapada al Piri tras el confinamiento y a pesar de haber escalado bastante durante la desescalada, sobre todo con Pablo y Gontzal y sentirme bastante en forma, no hubo manera de convencer a mi hermano para que fuéramos a Zuriza para hacer alguna de las vias de Luzio que todavía nos queda pendiente, en concreto me atraía ir a la "Nora hoa ardi galdu hori".

Que si estábamos poco escalados etc, etc. A veces me ocurre con Patxi que le da reparo ir a una determinada via por dura o porque nos pilla poco escalados, y sin embargo se anima enseguida a meterse como alternativa en otra vía que en mi opinión no le va a la zaga. En fin, cada unos nos hacemos nuestros pajeos por un motivo u otro.

 

Menuda cuadrilla de personajes pirenaicos se junto para abrir la via, seguro que se lo pasaron pipa pero que agobio en las reuniones.

El caso es que nos juntamos en Irurtzun y salimos rumbo a Jaca. No podremos cenar en “La Trobada” como acostumbramos pero por azar acabamos descubriendo el Hostal Pio (creo que se llamaba así) en Castiello de Jaca que tampoco está nada mal. Alli, revisando la guia de Patxi y los croquis del Luichy que yo llevaba decidimos darle un tiento a la "Bouffée Delirante", via de aspecto serio y que desde hace años nos llamaba la atención con su casi legendario tercer largo "... excepcional"  en palabras del propio Luichy y el problema que supondrían esos dos atrayentes y ¿temibles? pendulos. 

 

 Primer largo. Pasitos en adherencia en una travesia a derechas en busca de relieve donde asegurar.

 

Tras la agradable cena y con la decisión casi tomada, ya bien entrada la noche llegamos al pueblito de Etsaut donde por nuestras experiencias de anteriores visitas con el exiguo parking decimos dormir justo donde nace la GR que recorre el Chemin de la Mature. La idea es madrugar al dia siguiente para evitar el solazo lo más posible. De modo que bien temprano, aunque no más que algunos randoneurs franchutes - Dios, que diligentes son - nos vemos siguiendo sus pasos en busca de nuestra vía.

Sin pensarlo mucho y siendo consciente allí en el fondo de mi cabeza de que eso implicaba darle al tercer largo, que por otro lado sin querer darle mucha forma a la idea no quería dejar de probar bajo ningún concepto, ¿o sí? propongo empezar yo con el primer largo. A veces es mejor dejarse llevar por los impulsos sin pensar demasiado en ello. Imagino, conociéndole, que a Patxi le bailarían por ahí parecidas ganas y temores pero el caso es que esta vez yo me adelanto y como él no protesta, me ato, cargo con toda la chatarra y empiezo a subir. 

Patxi en la base de la 1ª fisura. Agrandando la imagen y siguiendo la cuerda naranja, sobre él se ve el anclaje del 2º péndulo y más a la dere todavía el del primero.

Solo 6a y se ven bastantes parabolts. Tras unos metros y algún seguro me veo en pleno desplome, incómodo y cansándome. Empezamos bien. Tampoco es una sensación nueva, calma, un par de pasos atrás, mirar mejor las presas y de nuevo para arriba, esta vez con una idea y procurando llevarla a cabo rápido, que en los desplomes te cansas. Tras el muro un diedro y luego salida a derechas a un terreno plaquero y no tan atlético hasta la R. 

Todavía estamos a la sombra tan a gusto aunque se intuye el sol entrando por la derecha.  

Pasitos plaqueros tras salir de la tercera fisura.

 

Llego a la 2ª reunión donde Patxi me espera. La pared hasta ahora bastante matojera se abre en una extensa y lisa placa donde desde abajo ni se ven las famosa fisuras. Me ordeno el material y salgo en una fácil trave a derechas que me lleva a la 1ª fisura que sube recta hacia arriba. La fisura está limpia y tiene un aspecto atrayente y poco intimidatorio. Subo muy a gusto procurando espaciar los seguros. Vamos bien armados con dos juegos completos de friends hasta el camelot Nº 3 y además el 3,5 de propina pero en estos casos nunca se sabe y siempre que puedo meto fisureros que queden a caldo para ahorrar. Al final me sobraran bastantes friends por avaricioso. Llego a lo alto de la fisura que se cierra formando un puente de roca donde han puesto una sirga y un mallón. Pongo un moscata y paso sólo la cuerda naranja de Patxi por él. Sobre la marcha he visto la jugada y ya he decidido que haré los péndulos con una cuerda y usaré la otra que no he pasado por los últimos seguros para ir asegurando el largo en diagonal y así corra mejor.

Pido a Patxi que me descuelgue poco a poco. 

Estirándose para llegar a las fisuras del último muro.

 

En un péndulo puedes correr por la pared a un lado y a otro cogiendo carrerilla hasta desplazarte lo bastante para llegar a la siguiente fisura o si no, con cuidado si hay algún relieve, usarlo e intentar lo que se llama una travesia en tensión. Me da la impresión que aqui hay que despalzarse mucho horizontalmente para poco desplazamiento vertical con lo que opto por la 2 opción. Básicamente, colgando de la cuerda intento ir desplazándome a la derecha poco a poco mientras Patxi me va descolgando a medida que se lo pido, al final casi acabas con el cuerpo en posición horizontal. Lo malo es que si no consigues agarrarte bien a la pared acabas cayendo a la vertical. Tras dos intentos y sendos péndulos, cuando estaba ya pensando en empezar a correr por la pared, en el tercer intento consigo mantenerme y desplazarme lo bastante para estirarme y meter un dedo en la fisura de la derecha. Patxi me descuelga con cuidado hasta que me giro y me sitúo de pie, empezando a subir por la 2ª fisura. Afortunadamente se sube fácil lo que me permite no colocar ningún seguro hasta estar algo por encima del último seguro por el que había pasado mi cuerda y evitar que esta haga una zeta que luego me frene mucho.

Meto un par de seguros y cuando esta fisura también se cierra formando curiosamente otro puente de roca en su parte superior, pongo otro mosquetón en él por donde vuelvo a pasar solo la cuerda de Patxi que venía directamente del puente del primer péndulo. 

 

Repito la operación y esta vez en un par de intentos llego a la 3ª fisura. De nuevo para arriba apurando lo más posible antes de empezar a asegurarme de modo que mi cuerda hace una diagonal ascendente y consigo que corra sin mucha dificultad.

Sigo subiendo y solo cuando estoy claramente por encima del anclaje del 2º péndulo me permito pasar también la cuerda de Patxi por los anclajes. La fisura se acaba y unas presas te van llevando en diagonal ascendente a la izquierda con una escalada de pasos muy estéticos y disfrutones. Al final del largo dos finas fisuras paralelas oponen la última dificultad antes de la reunión. Tanteando los tramos que permiten meter las yemas, me equilibro y consigo meter ¿aceptablemente? el totem más pequeño. Todavía me queda otra pieza aun más txiki, el alien azul, pero no estoy muy cómodo asi que vuelvo a colocar las yemas y salgo del paso antes de tener que probar la solidez del totem. Reunión por fin, que subidón. 

Fuera el último totem.

En algún momento el sol ha entrado en nuestro lienzo de pared y desde la R se domina toda la parte final del largo. Llamo a Patxi para que suba, comentamos el mejor modo para que deshaga los péndulos yendo de segundo y me preparo a asegurarle con la cámara en ristre. 

Tras el largo estrella de la vía, esta continúa por una serie de placas verticales entrecortadas por pequeños techos y desplomes. El sol nos da ya de pleno y con fuerza. Patxi se ventila el siguiente largo con rapidez tras superar un techo atlético pero con buen canto. Y el quinto nos vuelve a ofrecer una escalada magnífica, con unos pasos técnicos a la par que atléticos para ir sorteando algunos desplomes y luego dejando atrás el tercer parabolt adentrarse en un terreno más suave y de obligado cacharreo hasta la penúltima reunión.

 

Desde ella se intuye ya el final de la pared. Solo nos queda recorrer unas viras escalonadas que intercaladas con pasos atléticos nos llevan en diagonal hasta un gran árbol donde muere la vía.

 Ya en lo alto de la pared buscamos un primer rappel que nos deja tras otra travesía en la última reunión de la via Asterix. Luichy, en su croquis tan detallado como de costumbre, propone continuar la Bouffe con una serie de largos que nosotros hicimos en su día como continuación de la Asterix hace años. Pero tal y como ha relatado mi hermano, el calor que aprieta y la agradable sensación de estar "bien escalados"  por hoy hacen que nos dejemos seducir por los cantos de sirena de "Le Randoneur" que desde Etsaut nos tienta con su sombreada terraza. 

Patxi sale en busca del arbol que se ve encima suyo a la derecha. Tenemos la via en el bolsillo!


Ya sentados en ella y mientras leemos las interesantes batallitas de un entonces adolescente Christian Ravier relatando sus primeras experiencias en Urdos cuando la escalada libre tal y como la conocemos hoy eclosionaba en la vertiente norte del Pirineo justo en esas paredes y esas vías que estos últimos años recorremos de ciento en viento casi en completa soledad, no puedo dejar de pensar en dónde andábamos nosotros en aquellos tempranos 80. Ya escalábamos, desde luego, y leíamos lo que ocurría en la revista Desnivel tal y como ha contado Patxi. Pero no éramos tan ubicuos. Bastante más de cerca nos tocó por esos años vivir desde cierta distancia pero escalando, y vivaqueando en el apeadero de Terradets junto con los protagonistas del tema, la parecida eclosión que por esas fechas tenía lugar en las paredes de Lerida en la vertiente sur del Pirineo. Allí si nos toco escalar vías recién abiertas e ir leyendo cada mes las nuevas aperturas con sus consabidas batallas que tenían lugar. Vivir esa sensación de horda, que cada primavera sin quedadas en las redes ni nada parecido, coincidíamos cada Semana santa en las Bagasses, Roca Regina (Mont Rebei era mucho más confidencial) y Villanova de Meia.

En cualquier caso y como cierra su introducción Ravier en la guia de La Mature: "esas paredes eran un buen lugar para aprender, un buen puerto desde donde alzar las velas  y largar amarras …

 

Lasarte anaiak 



ESPOLÓN ELEGANTE AL BALAITUS (3151 m)

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ESPOLÓN ELEGANTE AL BALAITUS (3151 m) 

Agosto del 2020 

 Andaba yo un tanto desanimado y agobiado, cual escarabajo pelotero incapaz de librarse de su montón de mierda que cada vez crece un poco más… Además de este extraño verano, los iniciales proyectos de viajes alpinísticos de cierta envergadura se complicaban, demorándose primero y finalmente diluyéndose hasta quedar en nada. No es que no saliera a escalar, pero llega un momento en que la escalada deportiva se vuelve repetitiva. 

 En esas estaba cuando recibo una llamada de Txingu. Sale con Jose al Piri el lunes para escalar por Bujaruelo, podemos juntarnos en Sallent el miércoles cuando ellos bajen del monte. Tienen idea de subir a Respomuso para escalar el Espolón Elegante al Balaitús, así que estoy de suerte, pues es una vía y una pared que me apetecía conocer desde hace años. Así que bastante más animado me planto en Sallent en plena ola de calor para encontrarme con mis compañeros.

Brecha de Latour y parte izqda de la pared, con el diedro Ursi

La subida desde la Sarra es tan bonita como recordaba, pero se me hace muy pero que muy cuesta arriba. Es mi primera salida en plan “autocaravana”, esto es, con todos los lujos a la chepa: saco de dormir, hornillo, vino, lectura… Entre eso, el calor y el ritmo de Txingu y Jose, llego al refugio con la lengua fuera tras una ascensión no precisamente “fast and light”. Vivaqueamos 150 m de desnivel más arriba, justo junto al desvío a los Frondiellas, en unas campitas con abundante agua y bajo la ¿amenazante? mirada de de una marmota de buen tamaño que nos hará proteger la comida de su posible apetito lo mejor que podamos.
 
En el primer largo



 Nos instalamos para dormir, y a punto de anochecer aparecen dos chavales con cuerdas. Han encadenado crestas del Diablo y Costerillou, y no ven el momento de llegar al refu tras tropecientas horas de actividad y pasar miedo en el nevero de Latour sin crampones. 

Llegando a la primera R

A las 7:30 del día siguiente nos ponemos en marcha. Seguimos la normal al Balaitús hasta llegar a la base de la pared sur, y luego la bordeamos. Ahí se ve el diedro Ursi, a la izquierda. Bastante más a la derecha, la línea de nuestra vía es muy evidente gracias a la característica repisa oblicua del 2º largo. En dos horas cómodas nos plantamos en la base. Hoy me noto más descansado. Aunque ayer me costara, fue buena idea vivaquear más arriba para quitarnos hoy desnivel. 

La repisa inclinada del 2º largo

 La entrada a la vía se ve preciosa. Una sucesión de lajas verticales, con buen canto pero atléticas, que se protegen bien. Hay que escalar muchos metros hasta llegar al primer pitón, que no se ve desde la base, y luego hay otro casi al final del largo. 45 ó 50 m bonitos y con cierto ambiente. El resto de la vía, salvo tramos aislados, será más tranquilo y menos vertical, por un terreno mayormente de IV en el que puede progresarse casi por cualquier parte. En el 3º largo, tras la repisa oblicua, hay que seguir en travesía hasta el borde del espolón, y luego siguen unos pasos por su filo, no realmente difíciles (V sup) pero tampoco fáciles de proteger, a no ser por un par de aliens. Tras unos 5 ó 6 m, el terreno de nuevo tumba y pierde dificultad. 

 
Al fondo la arista de Costerillou

En 5 largos, sin apenas ver pitones y tras bastante cacharrear, llego a la cima del primer gendarme, y le cedo el extremo caliente de la cuerda a Txingu. Subimos otro gendarme, un pequeño destrepe y nos plantamos en una buena repisa. En un largo de 30 m toca superar una hermosa sección más vertical, un bonito Vsup que Txingu supera con facilidad añadiendo un camelot del 2 y un puente de roca al clavo ahí situado. De allí, dos largos fáciles que hacemos ensemble en una tirada, y ya estamos prácticamente en la cima.



Segundo gendarme


 




Hacia el tramo de V sup

El Espolón Elegante hace honor a su nombre: una clásica bonita, disfrutona y en buena roca. Aun quedan bastantes neveros en altura, es hermoso ver la silueta del compañero recortándose sobre el paisaje alpino. Pero el corredor de la Brecha de Latour está totalmente seco. Bajaremos rappelando hasta llegar al nevero, y allí con un poco de cuidado haremos equilibrios y lograremos destreparlo sin ponernos los crampones. Pero está un poco límite, y poco nos falta para tener que ponerlos… Solo tenemos que recoger mochilas y bastones, y para abajo… 

En pleno paso de V sup




 






La misma sección vista desde arriba

 

Según llegamos al vivac, mis compañeros cogen carrerilla y proponen seguir hasta el coche. La marmota nos mira sorprendida. ¿Tan pronto os váis? La verdad es que se portó bien y no se acercó ni a los sacos ni a la comida. 

Fuera de la pared


En la cima

Una agradable y estimulante salida que me sirvió para sacudirme un poco el agobio. Por si alguno le tiene ganas a la vía, llevamos 12 expreses, fisureros, aliens y un juego de camelots hasta el 3, repitiendo desde el 0,5 al 2. 

 


Lasarte anaiak 

 

 

 


24 HORAS EN EL MIDI, Directísima Sur hasta las viras.

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24 HORAS EN EL MIDI

Mediados de agosto.

Directísima Sur hasta las viras, 315 m, 8 largos, Vsup/6ª+

 

Ahora que de nuevo oscuros nubarrones se ciernen sobre nosotros, recupero unas historias del pasado verano para mantener viva la ilusión y la motivación

Ya no se amontonan las cordadas en las paredes del Midi. Y sin embargo, nada ha cambiado. Las vías que surcan la muralla de Pombie, tan hermosa y bien orientada, siguen siendo un terreno inmejorable para el aprendizaje, o para el disfrute. Recorridos elegantes y lógicos en los que aprender a moverse por diedros y fisuras y ejercitarse con el granito rodeados de un paisaje soberbio y en una dificultad moderada. 

 

Nada ha cambiado, y sin embargo todo es distinto. Y no es que la roca esté pulida por el uso ni mucho menos, como a menudo pasa en las vías calcáreas. Pero en las vías del Midi no hay expansiones. Y al parecer eso es un problema. Aunque para nosotros sea lo normal, lo de siempre, además de una suerte . Y que así siga por mucho tiempo.

El caso es que mientras las cordadas hacen cola en vías modernas que recorren en ocasiones terrenos mediocres, cuya principal atractivo es su equipamiento, las elegantes líneas abiertas hace 50 años permanecen solitarias. Y no lo olvidemos, esas cordadas (Ollivier, Ravier, Bellefon, Thomas, Rabadá, Galvez, Ballart y tantos otros) no solo tenían buen ojo, sino que además tenían donde elegir. Fueron dejando su huella en los mejores lienzos de pared a lo largo de todo el Pirineo. Pero eso sí, no dejaron sus vías equipadas con parabolts. Y así permanecen, en soledad. 

 

Placeres del vivac

Tras dos semanas de inactividad, me surge la ocasión de hacer una escapada al Midi con Pablo. A los escaladores de caliza que somos nos conviene catar de vez en cuando el granito, sobre todo si se tiene la esperanza de viajar a los Alpes… Y la andesita del Midi d´Ossau es nuestra alternativa más próxima y asequible.

Cordada en la Surplombs

Entrada a la vía

Así que una hermosa tarde de mediados de agosto, remontamos la ya conocida senda que nos acerca hasta Pombie, para instalar nuestro vivac. Pese al bullicio y gentío que reina en el refugio y alrededores, a la mañana siguiente no seremos muchos en la pared. Tres cordadas en total, dos que van a “Les Surplombs” y nosotros a la Directísima Sur.

Primera R

Voy a tener el privilegio de acompañar a Pablo en su primera vía a la muralla de Pombie. Ignoro si en su fuero interno está un poco tenso por ello, aunque aparentemente no lo parece. Por mi parte intento transmitirle tranquilidad y confianza. Sabemos que es una vía larga, pero está la posibilidad de escaparnos por las viras, que parece ser lo que más se estila. No me importaría subirla hasta arriba, pero ya iremos viendo. Arranca Pablo, por un diedro tumbado de V. Un pitón marca el camino, y luego a cacharrear. 

2º largo, 6a
  

Entramos a la vía a las 8:30 h. Seis horas y cuarto más tarde aparecemos en las viras. “¿Qué, Pablo? ¿Seguimos o lo dejamos? Yo la verdad es que ya he tenido bastante por hoy”. Los dos estamos de acuerdo. Recorremos las viras inferiores, entre destrepes y algún rappel. Un último rappel más largo nos deja en la pedrera, a las 16:30 tras ocho horas de labor.

3ª reunión

 

Han sido ocho largos que hemos recorrido alternándonos en cabeza de cordada, unos 300 m en total. Una escalada típica del Midi, bastante fácil de proteger y de seguir, y más contando con un buen croquis (made in Luichy). Aquí y allá, y habitualmente en las reuniones, los pitones plantados por B Grenier y Jean Ravier en 1959 nos indican que vamos bien. Por lo demás, llevamos 16 expreses, fisus, aliens, y dos juegos de camelots hasta el 3, además de cintas largas, y alguna doble. En el sexto largo usaré 14 expreses y los dos camelots del tres.

4º largo, V sup
 

Aquí nada de larguitos de 25 o 30 m como se estila ahora. A menudo serán de 40 m o más. La dificultad media es de V/V sup, con ocasionales pasos más picantes. El octavo largo, que nos conduce a la vira, presenta una corta sección muy dura, 6b+, que me obliga a sacar el estribo para pasar. Afortunadamente, es fácilmente protegible. Habitualmente, en granito fisureros y friends entran a caldo. En cambio, el sexto largo será más severo y expuesto. Tras unos preciosos pasos en bavaresa para superar un diedro, llegaré a una especie de nicho protegido por un pitón. A partir de ahí, unos pasos atléticos ligeramente desplomados y con malos pies me harán vacilar primero y resoplar después, tras mosquetonear un pitón a desmano, hasta que tras unos metros encuentro un buen emplazamiento para un friend. Al parecer, en esa sección había un par de clavos que han desaparecido.

 

4º largo, antes de la gran travesía

Llego a la reunión agotado y justo de fuerzas, un tanto alarmado por el potencial vuelo y a la vez satisfecho por no haber perdido los papeles. Esta sección de 6ª+ me ha parecido el paso clave de la vía. Mientras triangulo los tres pitones de la sexta reunión, para asegurar a Pablo, voy analizando mis sensaciones y comparándolas con las vividas en otras circunstancias…

5º largo, eligiendo material



 

El año pasado escalando en Cavallers, nos movíamos por largos de parecida dificultad con otro talante más tranquilo. Es la hostia como modifica la seriedad del asunto la presencia de un par de parabolts en  largos y reuniones. Y por supuesto la intensidad de experiencia. La presencia total o parcial de expansiones lo cambia todo. Para empezar, la posibilidad de volar con (cierta) seguridad, al menos si no hay repisas en la trayectoria. En cambio, la ausencia de parabolts sitúa toda la responsabilidad de la escalada en manos del escalador. Hay que anticiparse a los movimientos, no solo para progresar, sino para protegerse, guardando un margen de seguridad y manteniendo la cabeza fría incluso cuando las fuerzas fallan. El compromiso psicológico es mayor, y en terreno de aventura lo mental puede ser tan importante como lo físico.

6º largo, 6a+, entrando en el tramo clave

Todo ello le da a la escalada de aventura un carácter y un sabor que le son propios y exclusivos, del que carecen a menudo algunas vías modernas, tan asépticas que tras regalarnos con un rato agradable pronto pasan al olvido. En cambio, las vías semi o desequipadas nos regalan con terrores y satisfacciones mucho más intensos y a menudo difíciles de olvidar. Y a la vez exigen un aprendizaje progresivo y una maestría cierta, independientemente del grado de que se trate. Son “mis terrores favoritos”, aunque a estas alturas no sé durante cuánto tiempo más podré soportarlos, je je. Por eso las paredes de Ordesa, Galayos, el Midi d´Ossau, la Sur de la Maladeta… son tan especiales. Y lo serán siendo para mí cuando ya no estén a mi alcance, y llegue el momento no de escalarlas sino de recordarlas.


A todo esto, la figura de Pablo saliendo del tramo difícil y llegando a la reunión me saca de mi abstracción. No parece muy impresionado por el tramo que acaba de pasar, y que yo recordaré largo tiempo. Mejor, porque ahora le toca una sección verticalilla y atlética sin clavos a la vista…


7º largo

7ª reunión

 

Y así fue nuestra visita al Midi, 24 horas que exprimimos a tope y en la que escalamos una vía de tantas de la muralla de Pombie, ni la más cómoda ni la más dura, ni la más bonita, sencillamente una de las muchas clásicas interesantes y atractivas que nos ofrece la pared. Hay que decir que Pablo pasó con nota este su primer exámen, que espero no sea el último.  

Saliendo a las viras

Patxi Aiaratik

 





 


ATENCION !!!!!! ATENCION !!!!!! ATENCION !!!!!!

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    En estos momentos  es totalmente desaconsejable escalar la via Rabada-Navarro al Fire por su peligrosidad y elevada exposición.

    La repisa del tercer largo ha desaparecido , para acceder a ella  es preciso pasar  por una endosta de unos 2 x 2 mts. en estado muy precario a punto de desprenderse. 

    Es necesario tomar una decisión lo mas consensuada posible para restaurar la parte afectada.

    Os mantendremos informados.

    Fuente: Toño Carasol

UNA REALIDAD APARTE 1 Montanejos, Cabeçó d´Or

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Paredón del Alguacil


Una reunión de Pitufosis



UNA REALIDAD APARTE 1


 

Resistir es vencer. En invierno no hay mucho margen para el alpinismo ni la escalada en una Euskadi confinada. Los cercanos Pirineos parecen más lejanos que nunca, y el clima húmedo y lluvioso nos obliga a emigrar para poder disfrutar de roca caliente, lo que por el momento es imposible. Como para consolarnos, la borrasca Filomena ha tapizado nuestras pequeñas sierras de blanco, permitiéndonos desempolvar los esquís de fondo, que años hacía que no salían a pasear cerca de casa.

Resistir es vencer. Para mantener la ilusión en mitad de la monotonía, uno se aferra a la esperanza y al recuerdo, hermanas de la experiencia. Buceando en la memoria rescato unas batallitas de nuestra escapada a tierras levantinas en el invierno 19/20. Fueron escritas pasados unos meses en pleno confinamiento domiciliario, lo cual explica su tono a veces un tanto lúgubre, pero a mí al menos me alegraron el ánimo… Además de centrarse en unas muy buenas tapias de las que extrañamente veo que no había piadas en los Caracoles… Una laguna imperdonable en esta completísima wikipedia tapiera…

Parados al sol, 1º largo

 

UNA REALIDAD APARTE 1
Navidades 2019/20. Montanejos, Cabeçó d´Or

“El crepúsculo es la raja entre los mundos” Carlos Castaneda, “Las enseñanzas de don Juan”.

Días extraños. Las clases vacías, silenciosas. De casa al trabajo y vuelta. Como si la vida se hubiera ralentizado, y hubiéramos entrado en otra realidad.

Algo parecido a lo que (me) sucede en cada salida, cuando tengo la suerte y la ocasión de escapar varios días. Un intervalo que se abre entre las prietas filas de la cotidianidad, una grieta que da acceso a otras vidas, a menudo más nítidas y diamantinas que la ordinaria, con menos ruido y distracciones. Una existencia tal vez más primaria y esencial. ¿Más auténtica? ¿Más satisfactoria?

Parados al sol


Como esos días de invierno escalando en las lejanas tierras del sureste, estas Navidades, que desde el inicio parecían tocados por la magia del solsticio. Páramos atravesados en  la oscuridad, autopistas vacías, pueblos lejanos e invisibles, gasolineras cerradas, una extraña sensación de irrealidad acentuada por el sueño. Los últimos km, pasada Mora de Rubielos, por una carretera secundaria plagada de curvas y rampas por un paisaje agreste terminan de espabilarnos. Llegamos a Montanejos de madrugada.

Los tiempos cambian, y a veces a peor. Nuestro txoko-vivak tradicional ha sido convertido en parking de pago, parquímetro incluído. Debemos retroceder para inastalarnos en otro parking libre más lejano e inhóspito, ocupado por furgonetas y autocaravanas. La noche es fría, hiela con ganas. Amanecemos cubiertos de escarcha.

Pitufosis   

 

El frío es tan intenso que decidimos esperar un poco a que el sol caliente las paredes tomando un café en el pueblo. Mientras tanto planeamos la jugada. Estos últimos inviernos me he pasado tres veces por Montanejos, y las tres he tenido la suerte de escalar buenas vías y ojear otras para el futuro. Para esta visita, mis objetivos se centraban  en el risco del Morrón, o bien en el Espolón de los Agujeros y el final del barranco de la Maimona. Por desgracia, estamos ya en enero, y en el Morrón ya no se puede escalar. En los otros dos sectores, la escalada ha sido prohibida todo el año… ¡Adios, Quadrophenia! ¡Adios, Luna y Obsesión! Sin estos sectores, Montanejos ya no será lo mismo…

Pitufosis 3º largo.

 

Pertrechados de material vario, mucha ropa y varios croquis, nos internamos en el Barranco de la Maimona en busca de alguna de sus vías equipadas de largos. El barranco es estrecho, el sol no llega hasta el fondo, hace un frío del carajo y llevamos puesto hasta el plumífero. Tras un recodo en el camino, aparecen de repente las paredes del Alguacil y el Tubo, espléndidas y centelleantes, caldeadas por el sol.

Sin dudarlo nos dirigimos hacia ellas, y dado lo poco “escalados” que andamos últimamente, nos decantamos por la opción más cómoda: “Parados al sol”, 130 m, 4 largos, 6ª. Una vía del 2011 que ya empieza a tener algunas presas patinosas, indicio de su éxito. En efecto, es una vía bonita, sencilla y perfectamente equipada, que alcanza un 78 sobre 100 en el índice de ligabilidad de la revista Desnivel… Todo queda dicho.

Apretón saliendo de Pitufosis


Rappelamos la vía por una línea justo a su derecha, que corresponde a otra vía más moderna y aparentemente más sencilla. Cumplido el objetivo de escalar al sol, calentar y calentarse, por un rato dudamos. Los días son cortos, y ya la sombra con su caída de temperaturas se ha adueñado de los primeros 40 m de pared. Hoy conduciremos hasta Alicante, y molaría cenar con luz.

Al final, decidimos rematar la jornada con “Pitufosis”, 120 m, 4 largos, 6ª+, vía situada a la izquierda de “Los guardianes  del Templo”, que recorrí con Koldo hace unos años. Se trata de una vía más vertical y técnicamente más exigente que “Parados”, aunque de nuevo el equipamiento permita ascender con rapidez y sin muchas vacilaciones. Muy buena, y rápida. Luego descubriré que lleva la firma de Paco Aguado y Coque Pérez, abierta en el 83 con fisus y unos pocos pitones. Joder, cómo se escalaba en aquella época…

 

La cálida luz dorada del crepúsculo ilumina las quebradas y los pinares suspendidos. Recorremos la senda que nos lleva de nuevo hasta el arranque del barranco, sumergido en la fría sombra. “El crepúsculo es la raja entre los mundos”. Tras una noche de carretera y un día en la pared me siento lejos, muy lejos...

Logramos cenar con luz, con los plumíferos puestos y con un poco de vino, pero no demasiado, que toca carretera. Un último café en el pueblo para evitar la modorra, y nos lanzamos de nuevo a la noche de los caminos.

Patxi Aiaratik

 


UNA REALIDAD APARTE 2 Cabeçó d´Or: Libro de Eibon + Patricia rítmica

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UNA REALIDAD APARTE 2

Cabeçó d´Or: Libro de Eibon + Patricia rítmica, 230m, 5 largos, 6ª+

 

 2º parte de una escapada invernal allá por enero del 2020.

Hacía bastantes años que no escalábamos en Alicante. En cierta época la visitamos asiduamente, pues sus paredes permiten escalar al calorcito en invierno. La provincia es pródiga en tapias y vías largas, y así poco a poco fuimos conociendo el Peñón de Ifach, el Ponoig, Puig Campana, El Divino, Orihuela, Redován y otras zonas.

El diedro-bavaresa del primer largo: ¡Una pasada!


Por lo que sea, nunca se nos ocurrió parar en el Cabeço d´Or. Tampoco parecía ser una zona muy de moda, o había dejado de serlo cuando empezamos en serio con esto de la escalada, a finales de los 80. Pero aquí estamos ahora, bajo estas paredes que se elevan verticales sobre un paisaje de antiguos bancales agrícolas, hoy ocupados por un matorral mediterráneo al que la presencia del palmito da un toque exótico. ¡Qué de veces nuestra búsqueda de paredes nos lleva a toparnos con el abandono del mundo rural!

Llegando a la 1ª reunión

Cansados por el viaje, hemos vivaqueado en una explanada junto a una pista de tierra. La noche ha sido fresca, los sacos están empapados de rocío. La tierra, si se la puede llamar así, es una especie de polvo blanco-amarillento que se pega en todas partes, en especial en los sacos mojados. Una luminosidad especial nos envuelve, esa luz mediterránea tan característica que resalta los áridos colores del paisaje: amarillo de la tierra, gris rojizo de la roca, verde oscuro del matorral. ¡Qué distinto es este verde, áspero y coriáceo, del verde jugoso y tierno de los prados del norte! Aun así hace frío. (En un bar nos dirán que el frío mañanero y el rocío aquí no son para nada lo normal) La montaña forma un inmenso estrato que se estira de norte a sur, y por desgracia, las paredes escalables miran hacia el oeste. Estaremos a la sombra hasta el atardecer, y tendremos que alejarnos de la pared si queremos secar los sacos. 

La entrada a la vía.
En la 1ª reunión

Un par de horas más tarde, nos hemos tomado un café en Busot, el pueblo más cercano, y hemos conseguido secar los sacos de dormir. Las paredes siguen en sombra, pero la temperatura es agradable y el día es corto. Montamos en el coche y nos acercamos a la pared por la carretera que lleva a las Cuevas de Canelobre, la atracción turística local.

Seguimos a pie la pista en la que hemos dormido cosa de 30 min., bordeando el conjunto de tapias que forma el Cabeço d´Or. El aspecto de las paredes es impresionante. Hay roca a patadas, y las dimensiones engañan. Parece mentira que no tengan más de 250 m. En una bifurcación aparece una señal: en la Peña de Alicante no se puede escalar a partir del 1 de enero. Bueno, nosotros vamos a la Pared de los Alcoyanos.

Un paso duro en el 2º largo del Libro de Eibon
2º largo, 6a+

En un momento dado, la pista asciende a un colladito, y a su izqda. aparece una vivienda. Con su pequeño huerto, su mirador, su porche y su jardín de cactus parece el retiro ideal para un hippy nórdico. El lugar tiene una belleza especial, se diría un lugar de poder… Pero me temo que yo no podría soportar el calor. Durante mucho tiempo vivió allí un tal Fritz Ulrich, expatriado suizo bien conocido por los locales, y ahora vuelve a estar habitada y cuidada, por lo que hemos visto.

Justo junto a la casa asciende un sendero que atraviesa el pinar y nos planta bajo las paredes. Sin mucho problema nos orientamos, y nos instalamos junto al antiguo pozo de una mina. El plan del día consiste en combinar dos vías, “El libro de Eibon”, 90 m, 6ª, y Patricia Rítmica, 6ª+, que suman 230 m y “una de las mejores opciones para la escalada en el Cabeço”.

Patricia Rítmica, 6a/6a+
Mismo largo visto desde arriba

Un diedro bavaresa bastante vertical se pierde en la altura. Su escalada es gozosa y con canto, pero atlética. Hay aire entre los parabolts, y entrarían bien seguros entre medias, pero me he dejado las piezas grandes abajo, y además esta temporada llevo un buen entrenamiento en bavaresas…Tras 40 ó 45 m llego una reunión con vistas, y me dispongo a disfrutar del espectáculo de los movimientos de Juan en este V+ o 6ª de continuidad. ¡Una maravilla de largo!

La continuación se presenta más delicada. La fisura va cerrándose, y tras unos pasos en placa (dos parabolts) hay que estirarse para volver a pillarla y darse el paso clave, de nuevo en bavaresa de una lajita, protegido por un clavo providencial, antes de chapar el siguiente parabolt. Una sección difícil que requiere decisión, 6ª+. El resto del largo, ya más cómodo, nos conduce a una amplia repisa o jardín.

 Recorremos la repisa unos 40 m hasta llegar a la pared. Ahora seguiremos por “Patricia Rítmica” en tres largos semiequipados que nos llevarán hasta el Ojal, un megapuente de roca muy cerca de la arista. El primer largo se muestra amenazante y me genera dudas. Tras unos pasos en placa, protegidos por un parabolt y algún clavo, hay que salir a la izquierda para alcanzar una fisura-laja que promete más bavaresa. El terreno es verticalillo, 6ª+. 

En la laja del tercer largo

Llegando a la 3ª reunión.


Como casi siempre, la claridad de la acción disipa las brumas de las expectativas. Una vez centrado en la escalada el dialogo interno se interrumpe, no hay lugar para sentir temor, ni confianza, ni dudas, ni nada más allá de la impecabilidad del gesto. Los pasos van saliendo, chapo el parabolt, me planto en la fisura-bavaresa. Y allá donde antes de empezar temía verme bloqueado en lo más duro, me encuentro en un terreno gozoso de fácil protección, con suficientes relieves para los pies que me permiten reposar y protegerme con comodidad. Bastante más peleón era el pasito del 2º largo, la verdad.

4º largo, un V duro.
Iniciando la travesía del 5º largo

Juan continúa por otro largo, duro para ser V, que nos conduce a un hombro, desde el cual una travesía horizontal y de lo más estética, protegida por clavos y algún parabolt, nos lleva a una canal y al “Ojal” donde termina la vía.

¡Qué pasada de escalada! ¡Vaya calidad! Mientras rappelamos (dos tiradas de 60 m) no podemos evitar la sonrisa de oreja a oreja. Es la hora mágica en que el sol tiñe de miel las paredes, y los relieves de la sierra se estiran con inusual nitidez hasta perderse de vista sobre las áridas colinas aterrazadas. Definitivamente, este es un lugar de poder.

Terminado la vía
En el ojal


Hemos acertado con la vía, y hemos encontrado exactamente lo que veníamos a buscar: una buena vía, dura, larga y estética, que nos ha regalado un bello esfuerzo en un entorno agreste y solitario.

Nos hemos ganado el café en Busot. Y ojalá tengamos tiempo de localizar un vivac algo más protegido que la cutrez de ayer.

Lasarte anaiak

Trazado de la vía
 
  
 

UNA REALIDAD APARTE 3 Cabeçó d´Or: El don de volar

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Pared del Alcoyano, Cabeço d´Or

 

UNA REALIDAD APARTE 3

Cabeçó d´Or: El don de volar 235m, 6largos, 6b obligado 6c/Ao

Última entrega de una escapada invernal en enero del 2020.













“Un hombre va al saber como a la guerra: bien despierto, con miedo, con respeto y con absoluta confianza”                                                                     Carlos Castaneda “Las enseñanzas de Don Juan”

“El don de volar”. La asociación fue inmediata. En cuanto supe de la existencia de esta vía, no pude evitar el asociarla con “Las enseñanzas de Don Juan”, de Carlos Castaneda. Las aventuras (¿ficticias?) de un joven estudiante de antropología siendo iniciado por un brujo yaqui del desierto de Sonora en los secretos de un “hombre de conocimiento”: el “ver”, el “soñar”, el vivir como cazador y como guerrero, la muerte como consejera, el manejo de los aliados y los lugares de poder… Una ética y una mística que inspiraron a generaciones de buscadores de saber, y de escaladores, y lo siguen haciendo, pienso. Separate reality, Tales of Power, eran algunas de las vías de Yosemite que aparecían en el famoso libro de George Meyers. 

El vivac
Don de volar, primer largo


Después pensé que tal vez estaba equivocado. No era el “Don de volar”, sino “El don del águila” el título de una obra de Castaneda. Pero da igual. El daño estaba hecho. La semilla sembrada. Ignoro la razón por la que Pomares y compañía bautizaron así esta vía, con la que pretendían dar un salto cualitativo en la dificultad, aunque eso supusiera volar con frecuencia. El guijarro había caído en el estanque y poco a poco las ondas se transmitían por la superficie, rescatando del profundo olvido las enseñanzas de Don Juan.

Empezando el 2º largo

…………………

Es curiosa nuestra capacidad para sentirnos a gusto casi de inmediato en los viajes de escalada. En realidad, no necesitamos gran cosa… La noche de nuevo ha sido fría y húmeda, pero los olivos de un bancal junto a la carretera nos ofrecen más protección y un entorno un poco más acogedor para el desayuno frío. No sacamos el hornillo. El café caliente en Busot mientras sube la temperatura ya se ha convertido en una agradable rutina.

Volvemos a la pared de los Alcoyanos. Hoy tampoco hay nadie escalando, con este frío a esta hora es comprensible. El día ha salido medio nublado y se ha levantado una ligera brisa. Nos consolamos pensando que la adherencia de los pies de gato será óptima.

Vista de la primera reunión
Llegando a la 2ª reunión


Teníamos varias opciones para hoy, pero finalmente elegimos la más obvia y menos cómoda  para nosotros, por su nombre y su fama. “El don de volar”, 235 m, 6b obligado… Puestos a fracasar, vamos a fracasar con fundamento, que diría Beckett. Total, hoy nos volvemos.

Las escaladas de los dos últimos días nos han puesto a tono y nos han dejado buenas sensaciones. Y allá vamos, como decía don Juan Matus, el brujo yaqui, “bien despiertos, con miedo, con respeto y con absoluta confianza”.

Se estrena Juan con un largo que nos pilla fríos. Una fisura diedrito que surca una placa bastante vertical y con cierta vegetación. Un buen largo de V, equipado, que casi nos parece un 6ª. 40 m.

Dándole al 3º. 6c?

 

Llegamos así a la sección clave de la vía: 80 m de placa compacta y vertical, generosamente equipada pero de grado mantenido y obligado, con una repisa en la mitad. Es el momento de parar el diálogo interno y enfocarse en un gesto impecable. Una escalada fina, de pequeñas regletas, toda precisión y equilibrio. Una pasada de largo. ¡Cómo agradezco los gatos que me pasó Gontzal, son sumamente precisos! Pasada la mitad del largo, una sección un poco más vertical y con menos relieve me obliga a reposar.  El largo me está exprimiendo a tope y lo estoy disfrutando en consecuencia. Aun haré algún otro reposo, y un A0, antes de salir a la repisa de la reunión, pero me es indiferente. Tengo la sensación de haberme entregado completamente a la escalada, y me siento agradecido a esta pared que ha exigido toda mi maestría y mis recursos. 40 m, 6c+en libre. La única pena es no poder ver a Juan lidiar con el largo. Mientras le aseguro echo un vistazo al estribo y la uña, que cuelgan del arnés sin haber sido usados.

Juan en el tercer largo
Ahora me toca a mí

 

Llega Juan a la reunión, y la expresión de su cara indica que su estado de ánimo no es muy distinto del mío. Tras unos instantes de reposo, ahora es él quien se interna en ese lienzo de caliza compacto y vertical, decidido a descifrar sus movimientos. Otro largo de ensueño que escalamos como en estado de gracia. 40 m, 6c. 

 

Tercera reunión

A partir del tercer largo, el carácter de la escalada cambia. La pared pierde verticalidad, la calidad de la roca empeora y los parabolts desaparecen. Un largo delicado y expuesto de V+/6ª marca el fin de las dificultades, pero aún quedan otros dos largos hasta la arista y los ráppeles. Mientras, el sol que debía calentarnos se oculta entre las nubes, la luna se deja ver, y el viento arrecia. 

Iniciando el 5º largo

Agradecidos y entusiasmados por la experiencia vivida, damos la espalda al Cabeço d´Or y nos despedimos de sus paredes, y de la cabaña a sus pies. Definitivamente, volveremos. Este es un lugar de poder.

Lasarte anaiak

 

 








PEÑA SANTA, CANAL DEL PÁJARO NEGRO Los misterios del Oeste 1

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Peña Santa, cara Sur


Nuestro 4º largo, llegando al hombro

PEÑA SANTA, CANAL DEL PÁJARO NEGRO

 Los misterios del Oeste 1

Aunque vivo en la Ayala alavesa, a mitad de camino entre las montañas cantábricas y el Pirineo, mis compañeros habituales son en su mayor parte donostiarras (o viven ahí), y resulta difícil apartarles del eje riglero-pirenaico. De modo que cuando Txingu me propone salir unos días hacia el Oeste, una vez descartada la escapada a los Alpes por borrascas persistentes, acepto de inmediato. Me apetece regresar a esas misteriosas montañas de soberbia caliza donde acechan entre el orbayu cuélebres y xanas, tierras de maquis y brumas, osos y mastines.

Ojeando el libro de Adrados (Cordillera Cantábrica, escaladas selectas), esas montañas se me figuran tan inagotables e infinitas como el Piri, y para mí mucho más desconocidas. Salpicadas aquí y allá de paredes de gran calidad y carácter, a veces incluso demasiado, je je, de las que solo he podido catar unas pocas muestras. La verdad, tenía muchas ganas de volver a escalar por aquí antes de que la edad o la cobardía me hagan retirarme de estas escaladas, pues cada vez se hace más cuesta arriba entrarle a según qué paredes…

El caso es que Txingu tenía en mente una nueva visita a la cara S de Peña Santa, y yo llevaba años con ganas de conocer esta pared. Así que genial. Empezaremos por los Picos de Europa. 

En el collado del burro

La aproximación desde Vegabaño hasta Vegahuerta bajo un sol de justicia, aunque bonita y variada, se me hará dura, bajo el peso de una mochila bien cargada de material de vivac y de escalada, en mitad de una de las olas de calor de este verano. ¡Menos mal que la “Cuestafría” está a la sombra del hayedo! Pero por fin, pasado el collado del Burro, aparece la visión imponente de la cara sur de Peña Santa. Hay gente acampada en Vegahuerta, pero el pequeño refugio está libre, y de la fuente mana agua en abundancia. Un magnífico crepúsculo se adueña del horizonte mientras intentamos situar las distintas líneas de la pared.

En lo posible, cuando me estreno en una tapia intento no empezar por la vía más cómoda: hay que dejar algo para cuando seamos (aun) más viejos, je je. Txingu ya ha recorrido un par de veces la Sur Clásica, así como la Rescate Emocional. Su idea es ir a la Canal del Pájaro Negro, y a mí me parece bien. Así que allá vamos.

Entrando en la canal

Con 15 expreses (nos sobraran por lo menos un par), fisus y aliens, cámelots repes hasta el 2 y uno del 3, además de muchas cintas, nos plantamos en la base de la canal a eso de las 8:15, tras 45 min de aproximación. Llevamos una pequeña mochila para el segundo, y dos litros de agua, que serán escasos visto el calorazo. Mejor hubieran sido tres.

Nevero en el 2º largo

 Unas 8 h más tarde, salimos a la cima. Pero todavía nos queda la bajada por la Canal Estrecha, que supone dar la vuelta a la montaña. En total, una buena jornada de 12 h. Antes de empezar, iluso de mí, fantaseaba con escalar al día siguiente la “Urdaburu”, una vía más corta, desequipada, abierta en 1990 por mi hermano Juan con Gerardo Telletxea. Txingu me miraba con ironía, y tenía razón, la paliza de un paseo por la Cara Sur ya es más que suficiente…

4º largo, hacia el Hombro.

Se trata de una clásica bastante equipada en realidad, con pitones e incluso algún parabolt en alguna reunión, así como en el paso duro del comienzo del pilar. Pero también hay largos tramos a cacharrear o a navegar en busca de pitones. De hecho nos embarcaremos en el largo previo a la Chimenea difícil. No tirar recto hacia unas fisuras-lajas verticales bien protegibles con friends, sino más a la derecha por terreno más roto y difícil de proteger, pero no difícil. La roca en general es buena, pero se vuelve delicada en los tramos menos verticales. Total, el típico terreno de montaña que tanto nos gusta, así que disfrutaremos de la vía, de su ambiente y su historia, y de su moderada dificultad. Pero ojo, tampoco es una vía de la calidad de las del Picu Urriellu, habrá a quien no le guste. Y no nos engañemos, el auténtico reto, la joya de esta pared se encuentra más a la izquierda, en el lienzo por donde discurren “Rescate” y “Manantial”…

5º largo, en la Losa.
6º largo, para salir de la losa hacia el rappel.


Tras trepar un rato desencordados, haremos tres largos por la canal, el segundo bordeando un gran nevero que casi nos impide pasar. Un bonito 4º largo a tope de cuerda, de navegar y donde aparece algún pitón, nos lleva al hombro, donde una reunión de parabolt protege la entrada al Pilar. (6b+/A0)

Este largo que repelió tantos intentos ya ha dejado de ser el largo clave. Además de la reunión a caldo, hay dos parabolts bastante cerquita para protegerse si lo intentamos en libre. Yo pruebo pero no sale, entonces se convierte en un A0 bastante cómodo y corto, que continúa por unos bonitos pasos de V+ protegidos por pitones. Salgo del pilar a unas repisas, pero como queda mucha cuerda continúo hasta montar reunión a mitad de La Losa. Txingu seguirá hasta el rappel, que en realidad usaremos como descuelgue. Y tras bajar de nuevo a la canal, avanzaremos unos metros hasta una reunión en una fisura.

8º largo, la chimenea difícil

Es en este nuestro 7º largo donde me embarco, pero bueno, acabo llegando sin problemas a la reunión bajo la Chimenea Difícil (dos pitones). Txingu supera sin pestañear la chimenea, que hace honor a su nombre ya que es bastante estrecha, aunque corta (un pitón). Y luego me toca a mí resolver la Fisura Difícil, un largo de V+ con un hermoso patio y una entrada atlética de 6ª al comienzo, protegida por tres pitones. 

La fisura difícil, 9º largo
¡Terminan las dificultades!

En tres largos más, por una estética travesía alcanzamos las canales que nos llevan a la arista, y después a la cima. La bajada está marcada con hitos y brochazos de pintura amarilla, a veces borrosas. Sin mucho problema y con un rappel corto accedemos al inicio de la Canal Estrecha, en la vertiente norte, que ahora está equipada con parabolt para rappelar cada 30 m. En realidad, tal vez sea más práctico destreparla, pues salvo un par de secciones, rappelables con una cuerda, es bastante cómoda. 

Después hay que subir hasta el collado de la Forcadona, por unos neveros que afortunadamente no son demasiado duros para nuestras zapatillas (salvafisureros útiles). Y luego más canales, hitos, pedreras, hasta que bordeando la pared aparece a la vista Vegahuerta. Una bajada compleja, en la que no es difícil despistarse.

Una vez en Vegahuerta, mientras descanso en el saco (hoy dormimos fuera, dentro del refu hace demasiado calor), no paro de darle vueltas a lo que tuvo que suponer completar el puzle de esta ascensión en los años 50, con bota gorda y sin más protección que mucha maña al pitonar. Me imagino los distintos intentos, los tanteos por aquí y allá, los abandonos rappelando al cuerpo… que culminarían con la ascensión de Landa y Udaondo en 1958.









 

Me viene también a la mente otra vieja historia que leí hace tiempo en el blog “Parque Nacional de los Picos de Europa”, de Juanma Perez de Ana. En él se relata un avistamiento realizado en 1978  por Erik Pérez Lorente, guía de montaña y naturalista, durante una escalada a la canal del Pájaro Negro. ¡Nada menos que un lince, tal vez despeñado mientras perseguía rebecos! Los mismos rebecos que  cada anochecer y amanecer se acercan a la fuente a calmar su sed.

http://parquenacionalpicosdeeuropa.blogspot.com/2012/01/lince-europeo.html

¡Cuántos misterios en Peña Santa!

Peña Santa (2596 m), Canal del pájaro negro, MD, 6b+ o Vsup/A0, 600 m? 12 largos.

 

Patxi Lasarte

 

 

PICO VALVERDE, 1947 m, PILAR DEL TRASGU. Los misterios del Oeste 2

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En primer plano, Valverde, al fondo Pico Torres

En el primer largo del Pilar del Trasgu


PICO VALVERDE, 1947 m, PILAR DEL TRASGU.

Los misterios del Oeste 2

Vista desde la carretera de San Isidro



 

Cautivados por nuestra experiencia en Peña Santa, decidimos internarnos más aun en el misterioso oeste. Los puertos del Pontón y Tarna quedan atrás, carreteras solitarias y boscosas que ya imagino recorrer en un futuro con bici y alforjas. De nuevo con el libro de Adrados como guía, llegamos por fin al puerto de San Isidro, al que las infraestructuras de la estación de esquí restan belleza. Pasada la estación, sobre las laderas de cubiertas de brezos donde pasta el ganado protegido por los mastines, se alzan entre nubes oscuras las moles de los Picos Valverde y Torres. Nos mosquean un poco esos nubarrones, pues la previsión meteorológica no es del todo clara. En fin, ya veremos.

Aproximando desde la Braña de la Ermita


La vía arranca por el pilar a la dcha de la cueva

El amanecer es radiante. Sobre el cielo despejado aparecen con claridad nuestros objetivos del día. La amplia muralla del Pico Valverde se alza justo encima de la Braña de la Ermita, donde dejaremos la furgo. La aproximación es corta pero intensa, 45 minutos de potente cuesta por vagas sendas abiertas por las vacas entre el brezal. Nuestra vía arranca a la izquierda de la pared, en un muro sombrío a la derecha de una cueva.

Primer largo, V-Vsup

Pese al aspecto herboso la escalada busca el terreno limpio

 

El Pilar del Trasgu sigue de manera evidente el espolón que limita por la izquierda la pared del Valverde. Pero su primer largo, por un muro bastante vertical y a tramos herboso, no es tan claro. Un V recio donde van apareciendo pitones aquí y allá, que completamos con material flotante. En un momento dado, ya bastante arriba (45? 50 m?) aparece un pitón a la derecha de la línea de ascensión. No seguirlo, es un embarque. Seguir recto otros cinco o seis metros hasta que dos pitones con una cinta nos marquen la travesía de 6ª que lleva al puente de roca de la primera reunión. Nosotros seguiremos el embarque (travesía de V sup) y luego por terreno más fácil y herboso llegaremos a la reunión.

Un corto pateo nos lleva a la base del espolón


 

El resto de la vía será más cómodo y evidente, por un hermoso espolón de caliza tan blanca que casi deslumbra. En otros cuatro largos largos, por un terreno de IV con algún paso de V llegaremos al final de las dificultades tras tres horas y media de escalar a la sombra, cosa que se agradece en estos días de calor. Encontraremos poca cosa, algún que otro clavo en las reuniones o protegiendo algún paso. Pero la escalada se protege muy bien, con fisus, friends y algunas cintas para puentes de roca. Diez expreses serán suficientes para esta vía, cuyo ambiente y atmósfera se nos hará familiar a los que nos estrenamos escalando en las calizas del Txindoki o de Atxarte. ¡Qué recuerdos!

2º largo, IV

3º largo, fisura de V

 

Fisura del largo 3º

Cuarta reunión


5º largo, una entrada picante, V sup


Veinte minutos más y estamos en la cima del Valverde, contemplando justo enfrente la oscura pared de cuarcita del Pico Torres, y cómo se entretienen los mastines en la majada, camino del puerto San Isidro, tomando el pelo a los escasos excursionistas. Como nosotros aproximamos desde la Braña de la Ermita podemos esquivarlos sin problema. Pero los que aproximan desde San Isidro tal vez tengan que dar un rodeo…

Final de las dificultades


Cima del Valverde. Detrás, Pico Torres

 

Pico Valverde, Pilar del Trasgu, D sup, 250 m, 5 largos. Julio del 2021, con Txingu Arrieta

Patxi Lasarte



 

EL RINCON ( BIELSA), "EL PIXADOR DE ROUTES" Y "MAL DE ALTUNA"

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EL Rincón ( Bielsa - Devotas)

“MAL DE ALTUNA”  Y  “EL PIXADOR DE ROUTES”

 

“El Rincón “ es una nueva zona de escalada deportiva, justo después de las Devotas. Pero donde terminan las cadenas, la pared continúa hacia arriba, y ahí Edu Gonzalez, con su capadidad visionaria, y su inigualable entrega volvieron a ver en esa pared tan visible desde la carretera, por donde podrían abrirse vías pero que acabaran cuando los pinos te den la bienvenida… nueva lección de que no sólo hay que señalar con el dedo hacia arriba, sino que luego hay que ponerse el mono azul y hacerlo… personalmente me siento en deuda con muchos aperturistas y con el Sr Edu por su trabajo infatigable en estos años más.

 

 “EL PIXADOR DE ROUTES” 190 mt 7b ( 6c obligado) ( Abierta por Santi G., Pipa y Edu)

  La vía la escalamos el otoño pasado con mejor forma que la actual, y es una vía a la que conviene ir rodado. Los 4 largos de abajo son muy buenos y bonitos, desplomes entre chorreras , con aire entre chapas para ir completando con los cacharros , escalada atlética y de ir apretando sobre cantos buenos en un desplome importante ( 7a+, 6b, 7b y 6a) .



 Una vez resueltos los largos de abajo en nuestro estilo de “suba Ud como pueda” pensábamos que el pescado estaba vendido.. pero ahí amigo… que las reseñas sólo ponen un número y una letra y hasta que no te subes por la vías no sabes en que largo está escondido “el malo de la peli”

 


  Superada la repisa de andar la vía cambia totalmente de roca, de color y de estilo. La roca sigue siendo muy buena pero como se cacharrea decentemente no hay casi seguros fijos ( 3 o 4 seguros en total en 3 largos). La escalada sigue siendo atlética, un primer largo de 6b ya te hace escalar y darle marcha a los aliens, el siguiente largo de 6c, hay que escalar bastante y aún guarreando toca apretar para salir , y el último largo… bueno… es un largo de esos que a los que no vamos sobrados te ponen firme. 



Hay 2 paraboles… hasta que se acaban… y te toca salir a cruzar una placa fina, que te hace concentrarte de lo lindo ( a mi se me cerró el culo). Una vez salido de la placa la fiesta no ha terminado, tienes un muro ligeramente desplomado con agarres medianos y la protección tampoco es que sea la leche, a partir de ahí pillar ya una gran y bendita fisura horizontal que te lleva fácil y poniendo lo que quieras hasta un paso de Ae que hay justo debajo de la última R.


                          Vista hacia la "R" donde la cosa se empieza a poner seria

Vía muy buena, de gran calidad y que no se hace corta. 6c obligado en varios largos.

 


“ MAL DE ALTUNA”  210 mt 6c (6b/6b+ obligado) ( Abierta por Bada y Edu)

 

    Esta vía fue abierta sin emplear expansiones. Sólo clavos y puentes de roca. Un estilo poco frecuente ya, pero que demuestra que el “cómo” aún importa, al menos para unos cuantos.

 No es tan exigente como la anterior, pero tiene un sabor más de terreno aventura . Aún así hay que escalar también.

    El año pasado con Miguel hicimos la parte de abajo, y de nuevo con David volvimos el otro día, para hacer la vía entera y ver los largos de arriba.


                           Magníficas sabinas, probablemente centenarias.

    Los largos de 6c, como hay clavos y puentes de roca se hacen bien, no son demasiado exigentes.

 


En el 3er largo ( 6c)

 Una vez cruzada la repisa comienza la parte superior. En el 5º largo (6b), los aperturistas dejaron su sello de calidad (cada uno juega en su liga, está claro) y pasar sin expansiones por ahí… no está mal, no….  Hay que cruzar una placa vertical con muy pocas opciones de protección ( se ponen micros), y para ayuda de los que lean ésto, decir que donde parece que va haber canto lo hay, pero hay que tener temple… Yo tuve suerte y me tocó de segundo, y con la cuerda por arriba el largo es francamente bueno. En mi modesta opinión dada la exposición 6b+ obligado.  

El siguiente largo en travesía, me pasé la reunión e hice un largo a tope cuerda (variante Avinguda Súper-Diagonal) , pero desde allí pudimos enlazar con la parte de arriba del último largo.

 


En resumen 2 buenas vías, distintas,  para escalar en sombra desde mediodía, pero con su atractivo y que nos hicieron pasar buenos ratos y echarnos algún chupito de adrenalina.

SALUD!!!!

PICO TORRES, 2082 m, DIRECTÍSIMA A LA CARA S. Los misterios del Oeste 3

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PICO TORRES, 2082 m, DIRECTÍSIMA A LA CARA S.

Los misterios del Oeste 3

Al fondo la cima del Valverde


Txingu en el primer largo



Son las 12:30. Desde la cima del Pico Valverde contemplamos ante nosotros la oscura mole del Pico Torres, que se alza a poca distancia sobre los prados. El cielo se ve tranquilo, sin nubarrones que vayan a desencadenar tormenta. Sentados a la sombra mientras picamos algo, decidimos pegarle un tiento. Curiosa idea, pienso, hincarle el diente a lo que parece ser un colmillo de roca que emerge de entre el verde de las campas. Sin perder de vista al rebaño de cabras que pasta en las proximidades, bien guardado por tres mastines, en un pispas bajamos al collado y nos acercamos a la pared.

2º largo, a navegar...

 

El contraste entre la blanca caliza que acabamos de escalar y la oscura cuarcita que tenemos enfrente es llamativo. No es que hayamos escalado mucho en esta roca… Además la estructura de la pared es curiosa. Parece estar formada por lajas imbricadas como si de las tejas de un tejado se tratara, unas sobre otras formando pequeños techos. ¿Estarán firmes, o solo apoyadas?

 

A nuestro favor, el hecho de que no sea una pared vertical. Y sobre todo, la confianza en la buena fama de la pared y de la vía a la que vamos, la Directísima a la cara Sur. Hacía años que le habíamos echado el ojo, desde que apareció en un artículo en la revista Desnivel. ¡Ah, aquellos dossiers de “Terreno de aventura”, cómo los echo de menos! Y por fin aquí estamos, en la base de la vía, y allí arriba diviso el brillo de un parabolt, y luego otro más, entre las lajas color miel oscura.



 

Pese al aspecto de la pared, más severo que el del Pilar del Trasgu, para cuando llegamos a la primera reunión podemos confirmar la calidad de la vía y de su roca. La cuarcita tiene un tacto similar al granito, aunque aquí no presente tantas fisuras para cacharrear. El único problema es la falta de referencias claras en la tapia para visualizar la vía e ir localizando los pitones. La inclinación de la pared hace que en ocasiones se pueda subir casi por cualquier parte, y sea más fácil embarcarse. En cualquier caso, en cada largo hay varios parabolts cuyo brillo es más fácil de detectar.

Segunda reunión




 

Tras dos horas y cuarto de agradable escalada estamos en la cuarta reunión, la vía finalizada y nosotros encantados y sorprendidos por su belleza. La verdad es que es una lástima no poder continuarla unos cuantos largos más… Se trata de un recorrido muy homogéneo en el V grado con algún pasillo de V sup. Cuatro largos largos con reuniones en cómodas repisas, prácticamente equipados aunque con distancias. Llevamos el mismo material que para el Pilar del Trasgu, claro: 10 expreses y un surtido de fisus, micros y friends, aunque para esta vía no los usaremos demasiado. 

Tercer largo

 

Así pues, una ruta muy recomendable, cuya mayor dificultad estriba en descifrar la ruta. Un buen croquis sobre foto nos será de ayuda. La actividad será aun más gratificante si como es costumbre se encadena con el Pilar del Trasgu al Valverde. En total serán unas agradables 9 h de coche a coche, sin correr, para recorrer 9 largos y 450 m de escalada de dificultad abordable en un entorno de gran belleza.

4º y último largo

Al fondo el Pico Valverde




 

En media hora escasa estamos en la cima del Torres. Descenderemos por la senda que conduce al puerto de San Isidro, siguiendo la cresta hacia la derecha según se mira la pared de frente. Al llegar a  una pequeña brecha la senda desciende hacia la majada del Torres. Desde la brecha vemos como en la majada los mastines siguen divirtiéndose tomando el pelo a otros excursionistas, así que damos un prudencial rodeo, hasta coger otra senda que en lugar de flanquear a San Isidro, desciende bordeando el Valverde  a través de un océano de brezos hasta el abrevadero de la Braña de la Ermita, nuestro punto de partida.

Terminando la vía

 

Iniciando la bajada


Este será el final de nuestra primera incursión por las montañas cantábricas, que me prometo continuar tan pronto como sea posible. La cuarcita del Pico Torres, en especial, merece otra visita. Hay tanta tarea, y la vida es tan corta…

Pico Torres, Directísima a la cara S, D sup, 190 m, 5 largos

Ascendida con Txingu en julio del 2021

Patxi Lasarte


Regresando a la Braña

Pico Torres



 

PEDRAFORCA, CARA SUR, Via de Tots

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En el 2º largo, un 6a bien fino.

PEDRAFORCA, CARA SUR, VIA DE TOTS

“Sueño implacable”


Así arrancaba el dossier de Terreno de Aventura, obra de Armand Ballart, publicado en un lejano número de Desnivel. Tan lejano como esos veranos en los que nos dejamos caer por el Pedraforca un par de veces. Escalamos básicamente las clásicas de la vertiente norte: vía del Guarda, Cerda-Pokorsky y Anglada-Guillamón, la 82 de “Las cien mejores”, todas ellas muy buenas. Y en una ocasión nos acercamos a la cara Sur, a descifrar ese Sueño implacable… Tras escalar L´Estimball, regresamos convencidos de haber recorrido una de las mejores vías del Pirineo.

Observando la pared


Tras demasiado tiempo, Juan y yo volvemos este verano a vivir el peculiar carácter y ambiente de  la sur del Pedra. Hermosas e inmensas placas calizas que nos obligarán a pulir y afinar nuestro juego de piernas. Por una vez, los recuerdos de juventud no defraudan. Esta pared es de lo mejor del Piri, y eso que las condiciones para nosotros no serán las óptimas.



Primer largo, V?, enhebrando con cordino un pitón que no se puede mosquetonear



Escalaremos la Vía de Tots al inicio de una de las olas de calor de este verano. La temperatura pasa bastante de los 30º C en Saldes, pero somos vascos y de ideas fijas. Saldremos de la vía satisfechos pero machacados, tan machacados que huiremos del Pedra a zonas más frías sin entrarle a ninguna de las otras vías que teníamos en mente… En fin, somos vascos, pero no es país para viejos.  Es una pena, pero habrá que dejarlas para otro año.

Llegando a la primera reunión.
Vista hacia la 1ª R

Tras consultar con unos escaladores locales, aproximamos por el torrente del Ninot y el Prat de Reo, 1h 30 min de pateo muy pendiente en cuanto abandonas la pista. Al menos bastante a la sombra. En mi recuerdo, el acceso desde el Ref Estasen era más cómodo, y desde luego con menos desnivel, pero ha pasado tanto tiempo que a saber…

Dos momentos del 2º largo.

   

 
La Vía de Tots nos ha parecido una ruta muy buena, y más peleona de lo que una rápida lectura del croquis pueda hacer creer. El primer largo ya sirve de aviso. Una placa con bastante relieve, pero donde hay que ascender con vista y con cuidado para ir encontrando los seguros, sobre todo al comienzo. Un pitón un poco alto con un cordino viejo sirve de referencia. Ojo con el V grado.

LLegando a la 4º R. ¡Cuidado con el IV sup!

Salidita delicada del diedro a la placa en el 5º largo, 6a

La vía está bastante equipada, con parabolts y pitones, pero también hay que cacharrear, por ejemplo en los elegantes diedros del los largos 6º y 7º. Los grados son duros, ochenteros, nada que ver con las escuelas modernas que frecuento. Lo que esperábamos fuera un agradable y entretenido paseo por los V sup y 6ª de la vía se convierte en una lucha cuerpo a cuerpo exigente, absorbente y gratificante.  Los largos van saliendo, pero hay que pelearlos. Cuando llego a cada reunión, me pregunto asombrado si era yo, o era otro parecido a mí aquel al que los 6b y 6b+ de Valdegobía y Larraona no se le resistían… 

Saliendo de los tubos de órgano del tercer largo. ¡Una pasada!

Hay muchos largos buenos, pero puestos a destacar uno, hablaremos de los fantásticos tubos de órgano del tercer largo. Tras un pequeño desplome con canto, sales a un muro vertical rasgado por varios canalizos en los que no sabes si subir en bavaresa o en oposición… Dios, ¿cómo abrirían desde abajo ese largo? Hace 40 años además. ¡Qué sobrados! Hoy en día, perfectamente equipado, ofrece unos movimientos de 6b bastante atléticos y duros, que afortunadamente van relajando a medida que ascendemos. 

¡Ya está! Buen canto, 5º largo

Un poquito de A1 al final del 5º largo.

Como buenos caracoles, necesitaremos 7h y cuarto para recorrer los 12 largos de la vía. Es la más larga de la pared, y 10 de los 12 largos son exigentes. Usaremos 15 expreses, un estribo y el habitual juego de fisus, aliens y tótems o camelots hasta el 2, repitiendo solo el 0,75. El salvafisus vendrá bien para enhebrar algún puente de roca o pitón escurridizo. Nosotros subiremos 3 litros de agua para la jornada, y no nos sobrarán.

En el precioso diedro del 6º largo, 6a?

Por internet circula un croquis de Luichy muy completo. También está muy bien el que aparece en elsilenciomineral.blogspot.com

Via de Tots, 455 m, 12 largos, 6b/Ae,

Escalada a primeros de agosto del 2021 por Juan y Patxi Lasarte

Lasarte anaiak

8º largo, otro 6a duro

9º largo, V

Último largo


Saliendo de la vía

 

La sombra del Pedra













 





TORRE PEÑALBA (2466 m) GRAN DIEDRO SUR. Los misterios del Oeste 4.

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Torre Peñalba desde el refugio


Los misterios del Oeste 4

TORRE PEÑALBA (2466 m) GRAN DIEDRO SUR

 

En la variante Adrados, nuestro largo 3, Vsup

 

Apenas terminar las vacaciones surge la ocasión para otra escapada hacia el Oeste en compañía de Txingu. Solo disponemos del fin de semana, y al final saldrá un domingo de lo más intenso. La magnitud de las agujetas solo será comparable a la satisfacción por la jornada de escalada en un entorno tan bello y salvaje.

Como Txingu nunca ha estado en Collado Jermoso, le propongo la que durante décadas fuera la gran clásica del lugar: el gran diedro sur a la Torre Peñalba. Una vía del 58 abierta por Landa, Udaondo y Régil, recios entre los recios. Mira por donde, la misma cordada cuyos pasos seguimos en la Canal del Pájaro Negro de Peña Santa. No será casualidad…

Bajo la mirada de Peña Santa.

En el centro de la pared, la línea del Pájaro Negro.

 

Recordaba Collado Jermoso como un paraje salvaje y solitario, con un pequeño refugio no muy visitado, tanto por su lejanía como por la falta de cimas de renombre y fácil acceso en los alrededores. Pero los tiempos cambian. Para aligerar las mochilas de cara a los 1200 m de desnivel desde Cordiñanes, intento reservar plaza en el refugio. Imposible, está completo. Vaya sorpresa.


Al otro lado de la vega de Asotín, el Friero y el tajo de su corredor Norte.

 

La ascensión hasta el refu, zigzagueando por la espectacular Rienda de Asotín, y luego por el hayedo y vega de Asotín, bajo la adusta mirada de la Torre del Friero, es tan espectacular como la recordaba. Paisajes y desniveles descomunales, de dimensiones casi himalayicas. En poco más de tres horas de intensos resoplidos aparezco en el collado, unos 10 minutos por detrás de mi compañero. Segunda sorpresa: no solo el refugio, las escasas praderas horizontales que lo rodean están todas ocupadas por un sinfín de tiendas de campaña. Afortunadamente, nos hacemos con un espacio más o menos apropiado para extender los sacos de dormir, pues aun sigue apareciendo más gente. 

 


Se ve que se ha puesto de moda subirse hasta aquí para ver la puesta del sol. Rodeados de un montón de gente, como en un paseo marítimo, despedimos al astro rey que tiñe de rojo la hermosa mole de Peña Santa, acribillada por las cámaras y teléfonos de la concurrencia.



 

Pero vayamos al lío. Ponemos  el despertados a las 6:50, y a las 8:15 estamos ya en la base de la vía, pues la pared se alza justo enfrente del refugio. Antes de entrar tenemos el primer susto. Un sarrio despistado deja caer unas cuantas piedras, que a punto están de hacerle una buena avería a Txingu.  Vaya librada.

Corta aproximación

 Los primeros 100 m de la vía siguen una rampa diagonal hacia la derecha, fácil y con bastante piedra suelta. Tiramos un rato desencordados, y luego hacemos un largo a tope de cuerda (III) Seguimos en diagonal a la izquierda por terreno poco definido (IV) hacia la base de la variante de Adrados, que se intuye en una vira muy evidente que corta la pared. Montamos reunión en un pitón que reforzamos con un fisurero. Unos 15 m a la derecha, de la misma vira arranca otra línea, con un cintajo viejo colgando. Pero la variante de Adrados tiene un aspecto mucho más atractivo.

Primera trepada

Un hermoso y vertical diedro-bavaresa con muy buena roca, protegido al comienzo por un pitón. Más arriba hay otro, que tendré que enhebrar con una cinta al no poder mosquetonear, y el resto a cacharrear. Muy buen largo de unos 50 m, V sup, que nos conduce a otra gran vira donde monto reunión en un clavo (creo). Algo más abajo y a la derecha, hay una reunión con parabolt que no ví hasta tener montada la mía.

En la variante Adrados
  

Cambiamos la R de sitio, unos 10 m o así a la derecha, para situarnos bajo la que se supone que es la mayor dificultad de la vía. Hay un pitón de reunión que reforzamos con un fisu. Se trata de un desplome que arranca justo sobre la vira, que los aperturista superaron en artificial. Ahora está equipado con un par de clavos y un bong. En libre son un par de pasos un poco bestias en los que hay que tirar de unos picos de roca grandes pero de calidad más bien dudosa. 6ª. ¡Cuidado aquí! No será de extrañar que a alguno se le deshagan las presas al tirar de ellas…



Antiguallas bajo el 6a/A1

 

El resto del largo sigue por terreno fácil (II-III) hasta tope de cuerda, donde improvisamos una reunión. Estamos ya en la base del gran diedro que tan elegante se veía desde el refugio. La pared gana en verticalidad y solidez. En un bonito largo (V) por una canal que va transformándose en chimenea llegamos a una cómoda reunión en la base de una profunda chimenea, en la que encontramos un pitón que reforzamos. 

Llegando a la base de la chimenea
 

Como parece ser lo habitual últimamente, en lugar de entrar directamente a la chimenea, en la que los seguros brillan por su ausencia, cedemos a los cantos de sirena en forma de pitones que marcan una variante que arranca por el paño a la izquierda de la chimenea.

Este es el largo clave de la vía. Un muro de 20 o 25 m muy vertical, protegido por 5 o 6 pitones, y menos mal, pues el terreno no se presta demasiado a cacharrear. Escalada técnica, a veces poco evidente, donde los antebrazos van cargándose. ¿V sup?, me pregunto con ironía mientras, a punto de salir del tramo duro, me cuelgo del fifi para reposar… Creo que me las he visto con 6ª más fáciles en Valdegobia o Larraona, incluso 6ª +, joder… La graduación de D sup que aparece en algunas guías hay que tomarla con pinzas y situarla en una época en la que una escalada MD era una escalada MUY DIFÍCIL de verdad. Landa, Udaondo y Régil eran unos recios…

En resumen, ¡muy buen largo y con mucho ambiente! Al fin el terreno relaja y tras otros 20 m o así siguiendo la canal-chimenea llegamos a una especie de balcón bajo un gran bloque empotrado donde un pitón nos sirve de reunión. Por desgracia, desde la reu no tengo visión del largo, y no hay fotos.

Llegando a la penúltima reunión.

Último largo y último apretón, saliendo de la reunión a la derecha por una bavaresa invertida que se protege bien (pasito de 6ª). Luego seguimos por terreno vertical, pero más fácil. Otra travesía a la derecha para esquivar una zona más rota y enseguida llegamos a la cresta cimera, donde aparece otro pitón de reunión. Son las 13:30, llevamos escalando unas 5h 15 minutos. Es tiempo de picar algo y disfrutar del agreste paisaje mineral, en el que la mirada se ve atrapada, cómo no, por la cara S de Peña Santa.

En la antecima.

Oímos voces a nuestra espalda. Un par de cordadas está saliendo de la vía de los Canalizos al contrafuerte Sur de la Torre de la Palanca, la clásica moderna del lugar. Luego nos comentarán que les ha gustado mucho. Nosotros en realidad estamos en una antecima. Así que destrepamos unos 15 m hasta un collado y desde allí, en dos largos fáciles (3 m de V y luego IV-III) llegamos a la auténtica cima de la Torre Peñalba (2466 m).

En el descenso

El descenso es evidente, dos rappeles vertiente norte que nos dejan en la brecha entre Torre Peñalba y Torre Delgado Úbeda. Aquí habrá que ganar un poco de altura para alcanzar el último rappel, que por una canal nos dejará en la pedrera del Hoyo del Llambrión. En total, unas 8 h y pico de actividad entre aproximación, escalada y descenso al refugio. Ahora toca volver a cargar la mochila y descender la espectacular pero larga caminata hasta Cordiñanes, bajo las miradas del Friero y Peña Santa, que será la responsable de las agujetas del día siguiente.

 

Resumiendo, una actividad tal y como esperábamos, por un terreno típicamente de montaña, con sus secciones de roca dudosa y equipamiento justo. No es que sea una vía cinco estrellas para los estándares actuales, ni mucho menos. Pero sabiendo a lo que se va, para nosotros es una actividad más que satisfactoria. Es una suerte que aun queden terrenos y vías como ésta, y por muchos años…

Por desgracia, esta será nuestra última incursión al Salvaje Oeste por este año. Ya estoy deseando volver.

TORRE PEÑALBA (2466 m) GRAN DIEDRO SUR. 300 m, MD? Vsup/6a obl por la variante.

Escalada a comienzos de Septiembre del 2021

Patxi Lasarte 

 


 





EXPLORANDO LARRIBET 1, Pilar E o "École buissonnniére" al Triángulo Dorado,

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Triángulo dorado. Una cordada en "Renforts estivaux"

 

“HOMELESS” EN LARRIBET

Pilar E al triángulo dorado, septiembre del 2020


Camino a Larribet

Es innegable. La actual crisis ecológica-sanitaria-climática-económica está haciendo estragos. Las consecuencias están a la vista de todos. No hay más que ver la proliferación de “sin techos” que pululan junto a las carreteras y vías de tren del continente intentando buscarse la vida. Especímenes de edad más bien avanzada, por no decir senil, que más debieran estar bien atendidos en residencias caldeaditas en lugar de dormir a la intemperie. ¡Hasta esto nos ha llevado el capitalismo depredador!

El caso es que de camino al Pirineo francés, al Val de Azun por más señas, encontré a estos dos homeless junto a la cuneta. Los vi tan pellejos, tan desvalidos y perdidos que me apiadé de ellos y los adopté. Quise llevarlos al coqueto apartamento de madera de abeto que había alquilado en las afueras de Argèles, pero con engaños me arrastraron hasta los soportales de un centro de interpretación pasado el Barrage du Tech.

Primeros largos, cómodos pero a proteger.

    
Un zócalo llenode relieves

Al día siguiente, en una hermosa jornada pasamos de largo el ref de Larribet hasta llegar al ibon superior de Batcrabère, muy cerca del inicio de nuestra ya conocida Franska. 1000 m de desnivel en total. Empezamos a patear  de noche, a las 7:00, pero para cuando llegamos a la base de nuestra vía, el Pilar E, el sol ya calentaba la pared. Y un pequeño lirón careto muerto, despeñado tal vez de lo alto de la pared, nos ponía en guardia sobre los horribles peligros que tal vez ahí arriba nos amenazaban.

Tercer largo, empieza la fiesta
Mayormente en placa, a la izquierda de una fisura ancha

Tras un zócalo fácil y bonito bastante desequipado (IV-IV sup) nos espera un lienzo de pared (cuatro largos) de gran calidad y belleza, básicamente equipado (sólo meteremos una pieza) de una dificultad muy homogénea en torno al 6ª. Una sección más dura en el cuarto largo, un diedro ciego no muy vertical de 6b+ me dará el gustazo de superarlo de primero y en libre, je je. El último largo será un poco más feo y raro, con un corto desplome muy bestia (6b+/6c) que incluso acerando cuesta lo suyo.

4º largo, Gontzal peleando con el 6b+


Para rapelar, en lugar de rappelar por la vía, es mejor hacer un corto largo en diagonal a la izquierda (pelado) para buscar la última reunión de Renforts Estivaux. Desde aquí se rappela sin problemas.

Txingu Saliendo del 4º largo
Gontzal iniciando el 5º largo

Tras 5 h y pico de escalada, volveremos al coche a eso de las 19:30, aun con luz, con una bonita vía en el bolsillo y proyectos para el futuro, además de estar menos cansados de lo que esperábamos. 

En el 5º largo

Nos ha parecido una vía muy buena y recomendable, una propuesta que permite escalar en altura en el Pirineo en una salida de una jornada, aprovechando estos días de fin de verano diáfanos y aún largos. 

El antipático techo del último largo
A por los ráppeles

Mis vagabundos compañeros insistieron en abandonar el coche antes de llegar a destino. Se ve que tienen alergia a dormir bajo techo…

Pilier Est o École buissonnière, 240 m, 6ª obl, 7 largos. 16 expreses, cintas, fisus, aliens y un juego de camelots hasta el 2.

Patxi Lasarte

Vuelta al coche

VOLVER AL INVIERNO. GAVARNIE

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VOLVER AL INVIERNO

 Gavarnie,  febrero del 22.

Gontzal y Pablo ante un circo escaso

Dopamine, primer largo.
 

Miro y remiro las fotos de Gavarnie con la idea de seleccionar las más significativas, pero nada, no hay manera, no me decido. Y es que Gavarnie encierra para mí la quintaesencia de lo que es el alpinismo invernal, y cada instantánea la refleja a su manera: la improbable belleza de esas efímeras arquitecturas heladas, la agreste y salvaje grandiosidad de los relieves alpinos, la severidad y el compromiso del terreno de aventura… En Gavarnie ninguna escalada es anodina. Y un invierno sin Gavarnie, sinceramente, ni es invierno ni es nada. Por eso me siento feliz y agradecido por haber vuelto allí, más aun en estos tiempos de calentamiento global. Y por eso también, tras dos inviernos en el dique seco deseaba tanto como temía volver a sus líneas heladas.

Mientras yo andaba paseando por el Atxerito, Gontzal no perdía el tiempo y se estrenaba en el circo escalando Fluido Glacial. Me comenta por teléfono que hay poco hielo, y pocas líneas formadas, pero que las que están, están bien. Eso sí, más tiesas y duras de lo habitual, por la falta de hielo.

Así que quedamos para el fin de semana, por un lado Gontzal, el maestro del hielo, que si no anda por las cien ascensiones al circo poco le quedará, por otro Pablo la ya no tan joven eterna promesas del alpinismo donostiarra, y por fin servidor, pequeño saltamontes muy motivado. La idea es hacer una rápida ascensión a Freezanté, para que Gonzalo pueda estar de birras con Isabel y la cuadrilla a una hora prudencial.

 

Jugando con la niebla

Empieza mal la cosa. A las 6:30, tenemos 8ºC en Luz a primeros de febrero. Demasiado calor. El termómetro baja hasta los 2ºC en Gavarnie pueblo, pero mientras preparamos las mochilas, la bruma que nos envuelve va transformándose en ¡lluvia! Creo que es la primera vez que voy lloviendo a escalar en hielo…

Pasado el Hotel del Cirque, empieza a clarear. Nubes bajas, a tramos neblina, pero al menosha parado de llover. Sigue sin hacer frío, pero bueno. Hay cuatro líneas formadas, Freezanté, Fluido (sin la columna), Ice Fall y Dopamine, y ya hay varias cordadas instaladas en algunas bases. Entristece un poco ver el circo tan escaso de hielo. Desechamos Freezanté, ya ocupada, y aun tenemos que echar un sprint para llegar los primeros a Dopamine. Uff! Uno está ya mayor para carreritas.


Llegando a la 2ª reunión

Rondaremos los 0ºC. Por secciones las cascadas chorrean bastante agua, que se ve y se escucha demasiado para nuestra tranquilidad. Pero bueno, ya que estamos, habrá que probar. Y como la duda mata, me pido los primeros largos.

¡Zump! Para mi sorpresa, con el primer pioletazo descubro que el hielo esta sumamente plástico y cómodo para progresar, cosas de la temperatura. Los piolos entran de cine, casi sin querer, y los tornillos también, así que el reencuentro con el hielo tras dos años de ayuno es todo un placer. Además, logramos esquivar las zonas que escurren agua sin mayores problemas. 

Tercer largo, el más vertical, poca cosa para Gontzal


El día sigue raro, a veces clarea, a veces neblina, e incluso a ratos nieva. Mientras no llueva… Gontzal se pone en cabeza, hay un largo más pino de lo habitual, con curiosas coliflores de hielo muy cómodas para ganchear, pero no tanto para protegerse.

Así, sin mucho problema, llegamos a la gran vira, a dos tercios de pared. Atravesamos a la izquierda hacia el chorro helado de Misticos, por donde saldremos de la pared. Una super estética colada de hielo de inclinación moderada, de 70º a 85º, que se supera en dos largos. A estas alturas ya está claro que si seguimos escalando Gontzal llegará tarde a las birras. Es lo que tiene escalar tres. Por otro lado, el sonido del agua no precisamente helada es más intenso, y por zonas chorrea un montón. Pablo y yo, más que satisfechos por nuestro reencuentro tan dócil y agradable con el hielo, le planteamos a Gontzal la posibilidad de bajar desde aquí si así lo prefiere. Pero este está ya poseído por el ansia… De hecho, en un año malo como este al final sumará cuatro cascadas en Gavarnie. Así que tiramos para arriba.

En la gran vira, tras el 4º largo. Al fondo, Banzayous


La hermosa salida de Misticos.

Sin embargo, no podemos evitar que las cuerdas y nuestros guantes se empapen. En fin.

Último largo. Curiosamente, la temperatura baja unos grados, lo suficiente para helar en un momento cuerdas y guantes, y para devolverle al hielo empapado esa solidez quebradiza tan incómoda. Bueno. Enseguida estamos en las campas de arriba. Gontzal tiene dificultades para recoger las cuerdas heladas. Pero ya está.

El cielo se abre, mostrándonos una vez más el maravilloso espectáculo de las cimas del circo, y el apetecible pero lejano 2º escalón del circo, en una de cuyas cascadas deambula una cordada. Ay! (Suspiro) ¿Podré alguna vez encadenar los dos pisos en el día, o se me habrá pasado ya el arroz? 

5º largo

  

Atravesamos hacia los ráppeles de Fluido, e iniciamos el descenso. Las cuerdas, heladas, están bastante tiesas, pero bueno, según rappelamos van perdiendo parte de su rigidez.

El penúltimo rappel es especialmente largo y vertical, en diagonal a la derecha a pillar la reunión en la base de la columna (ahora inexistente, falta de hielo) Gontzal baja primero, con un nudo machard como acostumbra como autobloqueante. Tarda bastante, mucho en realidad. Pero bueno. Los ráppeles están equipados con parabolts, y Pablo y yo charlamos despreocupados. Al final, un grito de Gontzal nos indica que las cuerdas están libres. Empiezo a rappelar. Como de costumbre cuando no bajo en cabeza, he retirado el shunt, y bajo solo con el reverso.  Y empiezo a notar que algo va mal. En este tramo tan vertical, no consigo frenar la cuerda lo  suficiente. Y sé que todavía se va a poner más pino. Aunque no cojo velocidad, empiezo a ser consciente de que no puedo detenerme. Y eso que hago toda la fuerza que puedo, y me he cambiado de guantes para llevarlos secos. Puta cuerda helada…


Gontzal peleando con las cuedas heladas

Saliendo de Dopamine

 Cuando empiezo a ponerme nervioso, pues el terreno se pone tieso de verdad, aparece una repisilla, y junto a ella el cordino de un abalakov. Uff!! Logro detenerme en la repisa, me fijo al cordino y a toda hostia pongo el shunt autobloqueante en su sitio… Y le pego un grito a Pablo poniéndole en guardia, para que también baje con autobloqueante.

Ya más tranquilo, sigo bajando el vertical paño helado. Ahí tenía que estar la columna que este año no se ha formado, pero en su lugar los últimos 4 ó 5 m del rappel están volados, la cuerda cuelga sin tocar pared hasta llegar a la altura de la reunión, unos metros a la derecha. Justo antes de llegar al tramo volado, hablo con Gontzal. El machard se le ha atascado en ese tramo, y ha estado un buen rato colgando sin tocar pared, girando en el vacío hasta lograr aflojarlo. De ahí su tardanza.

Con el shunt no tengo problemas en superar el salto, y llego a la reunión. Inmediatamente fijo los extremos de las cuerdas con un nudo a un mosquetón de seguro, y llamamos a Pablo. 

El segundo muro.

Al rato, este aparece, también con un nudo machard. Le contamos lo sucedido a Gontzal, y le aconsejamos que afloje su nudo para no quedar atascado. Pablo así lo hace, pero la leve aceleración que gana es suficiente para que tras pasar el tramo volado siga bajando sin poder controlar la cuerda. Su cara es un poema… hasta que llega al final del bucle que forman las cuerdas, fijadas a la reunión… Estamos a salvo.

La verdad es que hacía años que no vivía una situación tan potencialmente peligrosa en montaña. En Gavarnie, ninguna actividad es anodina, nunca hay que bajar la guardia, ni siquiera en un descenso perfectamente equipado. A lo largo de los años hemos vivido de todo, desde atascos de cuerda que han obligado a regresar con otras cuerdas al día siguiente, hasta aludes que han desintegrado las mochilas. Incluso sé de uno que se saltó una reunión y tuvo que colgarse de un par de tornillos hasta que los de arriba le “rescataron”, je je. 


Pablo descendiendo el inexistente churro de Fluido Glacial


Un buen susto.

 

Pero finalmente estamos todos en la base, mirando embelesados la bella estampa del circo helado al atardecer.

Y volveré a casa satisfecho, por la librada y por la escalada, y agradecido de poder disfrutar un invierno más de la magia de Gavarnie. Quién sabe, a estas edades cada vez puede ser la última.

Un mes más tarde, un escalador francés murió en el circo. Al parecer, un alud lo arrastró mientras rappelaba, y cayó hasta la base. Sus compañeros, fijados a una reunión, se salvaron. Descanse en paz.

Dopamine saliendo por Misticos IV, 4+, 300 m

Patxi Lasarte, con Gontzal y Pablo

 

GOURETTE, PÈNE MÉDAA

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Cara E, Couloir central o Mailly


Gourette, Pène Médaa, 2520 m, febrero del 22.

Habiendo cumplido con la preceptiva peregrinación a Gavarnie, cual creyente que vuelve satisfecho de la Meca, uno puede ya encarar la temporada invernal con cierta tranquilidad.

El anticiclón sigue instalado en el Pirineo, las condiciones siguen siendo óptimas, pero corredores y goulottes siguen escasos, apenas formados y faltos de hielo. Y así estarán hasta fin de temporada. En las zonas más clásicas, se amontonan las cordadas en los fines de semana. Este año el corredor de los Franceses al Anayet parecer ser extremadamente popular, al menos en los foros. Pero tanta gente acelera la degradación de los resaltes, escasos de hielo. Una pena. Si queremos andar tranquilos y a salvo de las multitudes, mejor buscar en otro lugar. Gontzal, cómo no, volverá a Gavarnie. Juan está libre, y a los dos nos apetece cambiar de horizontes. Una discreta entrada en Camptocamp nos pone sobre una pista interesante. Tras un porrón de años, volvemos a Gourette.


 

El sábado a altas horas de la noche nos instalamos en nuestro txoko habitual, bajo un inmenso tejo en el parque de Laruns. Es agradable ver cómo con el paso de los años uno va disponiendo de emplazamientos de vivac estratégicos en cada valle, o casi… Bajo este tejo hemos dormido ya una cuantas veces. El caso es que la noche es corta, y hay que conducir hasta la estación de Gourette, donde a punto estamos de no encontrar sitio para aparcar pese a lo temprano de la hora. Estamos en plena temporada de esquí.

Nuestros pasos se dirigen hacia el Pène Médaa. Hace años escalamos en la cara Oeste la Goulotte des Yeux, y ahora vamos a la cara Este, a ver si el Couloir Central o Mailly sigue en condiciones. Es una vía D sup con un resalte de hielo a 80º al comienzo, y a veces algo de mixto. Pero al ser cara E el sol puede cargarse la cascada de entrada. 



Tenemos casi 900 m de incómoda aproximación por las pistas de esquí. La nieve está dura como la piedra, y para más inri sopla un viento racheado y traicionero. Lo mismo te deja tranquilo un rato que luego te tambalea y te hace perder el equilibrio, cosa nada deseable en estas palas tan inclinadas y tan heladas. Como siga así, la ascensión va a tener ambiente.

Tras un par de horas (o más) de sudar (es un decir, por que hace bastante frío) y aguantar los embates del viento, divisamos la que debe ser nuestra línea. A su derecha, la vía Julia presenta unas pintas espeluznantes, con sus colgajos de hielo y sus muros de mixto. La nuestra por suerte se ve bastante más acogedora y atractiva, un trazo rectilíneo bastante directo que al final tira a la izquierda para salir a la cresta rocosa. 

La cascada del inicio sique formada, aunque se ve un tanto escasa.  Habrá que mirarla de cerca. Bueno, si no estuviera bien, siempre podríamos entrar al corredor por una vira nevada un poco más arriba, pero sería una pena escaquearse el largo más duro.

Dado que Juan aun está limpiando el polvo de sus piolets y crampones tras dos inviernos de parón, me cede este primer largo, y me acerco a husmear. El hielo está azul y vítreo, con mucho relieve, cómodo para progresar. Por desgracia, no entran ni los tornillos cortos. Demasiado escaso.



 

Como la inclinación es moderada, subo unos metros protegido por un  tornillo psicológico, medio en hielo medio en nieve, pensando que puede ser un marrón destrepar esto como no pueda pasar… El muro se pone un poco más pino durante un par de metros (80º o así), pero por suerte aparece una especie de columna que enhebro con una cinta. Menos mal que tengo disipadoras. El muro pino es cortito, enseguida relaja, y además a partir de ese punto puedo meter un par de buenos tornillos hasta llegar a la reunión, donde un par de buenos y viejos spits me saben a gloria. Bonito largo, después de todo. Y lo mejor de todo es que metidos en la vía, parece que estamos protegidos del viento.

Aparece Juan, intercambiamos material y tira para arriba...

 

En el 2º largo


La verdad es que todas las vías de invierno que hemos realizado en Gourette tienen un punto peculiar. Sus montañas son básicamente inmensas moles rocosas, sin grandes grietas que las surquen. Así que en sus placas calizas monolíticas no pueden formarse profundas goulottes o corredores en cuyos bordes rocosos uno pueda protegerse con facilidad. En lugar de ello, hay que ascender por chapajes de hielo o nieve adheridos a la roca, cuyo grosor, consistencia e inclinación determinarán lo segura o expuesta que pueda ser la escalada. Para facilitar las cosas, la roca de Gourette es muy compacta y falta de fisuras, y se presta mal a la autoprotección.

En consecuencia, incluso las escaladas más sencillas, como la Supernoire, tienen un punto de severidad. Deambulas por una vertiente amplia, sin la protección psicológica de las paredes de un couloir, y la mirada puede deleitarse, sin obstáculos y con cierta aprensión, en las líneas de fuga que la perspectiva dibuja hacia abajo… 


 

Total, que los próximos largos, sin ser extremadamente difíciles, tienen cierta severidad. Recorreremos una muy amplia canal de 60-70º, cómoda para progresar pero difícil de proteger. La nieve está helada y bien dura y no hacemos huella al progresar. Solo aquí y allá aparece algún chapón de hielo donde meter un mal tornillo. Mal terreno para caerse. Menos mal que no nos vamos a caer…

Improvisamos las reuniones y los seguros como podemos. Tornillos más o menos potables, algún clavo, algún friend en roca. Largas y bellas tiradas de 60 m en las que entran dos o como mucho tres seguros. Frío intenso, un patio elegante y una ambiente recio y alpino. A veces se escuchan las ráfagas de viento, que afortunadamente aquí no nos alcanzan. 

Iniciando el tercer largo

2a reunión. Tornillos

Para nuestra tranquilidad, las dos últimas reuniones tienen clavos. En 7 largos alcanzamos primero un collado en la cresta, y luego la cima del Pène Médaa (2520 m), ya por terreno rocoso. Por fin salimos al sol. ¡Una buena escalada!


Dos rappeles, el 2º un poco escondido, nos conducen a unas palas de nieve bastante pinas, que descendemos con cuidado, pues están muy heladas. Al menos, el viento parece haber pasado, y al solecito se está hasta bien. En un rellano aun bastante por encima de las pistas de esquí me planteo guardar los piolos y sacar los bastones. ¡Error! En un momento una brutal racha me zarandea como a un pelele y a punto está de mandarme al suelo primero y luego al hospital, pues con esta helada sería imposible la autodetención.


Tercer largo



¡Por fin entra un clavo!

Pero los sustos no han terminado. Poco más abajo decidimos que ya es tiempo de recoger cuerdas y material de escalada y guardarlos en las mochilas. En esas estamos cuando una racha descomunal nos arrebata las mochilas y su contenido de las manos para mandarlos dios sabe dónde, aparte de casi tirarnos al suelo.

Metiendo un tornillo en ¿hielo? 5º largo

 

Vemos deslizarse la mochila de Juan pendiente abajo hasta desaparecer. Yo atrapo la mía al vuelo, pero una de las bolsas que hay dentro sale despedida y vuela monte arriba. Sigo el rastro de barras energéticas rotas y consigo encontrarla a unos 300 m. La mochila de Juan aparecerá kilómetro y medio más abajo, al menos en nuestro camino de regreso al coche. Finalmente, nos faltarán una funda de cantimplora, unas viseras, y poco más, a excepción de mi teléfono, que a raíz del vuelo sin motor empezará a fallar y me obligará a sustituirlo. Pero ahora tengo uno resistente a los choques y la humedad.

Poca cosa en realidad, a cambio de una buena vía y de un intenso día de escalada.


Se intuye la salida

 

Pène Médaa, 2520 m, Cara E, couloir Central o Mailly, D sup-MD?, 350 m

Lasarte anaiak

Juan en la 4ª reunión

 



 

 

 

 

 

 

EXPLORANDO LARRIBET 2 “Renforts estivaux”

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EXPLORANDO LARRIBET 2

“Renforts estivaux”

 

Casi exactamente un año tras nuestra primera visita, estamos de nuevo Gontzal y yo pateando en la penumbra que precede al amanecer. Destino, el Triangulo de Oro, pasado Larribet, en la vertiente norte del Balaitous. El planteamiento es el mismo de hace un año: hacer los honores a estos hermosos días de fin de verano con buenas escaladas, largas y en altura. Tras dedicar un par de años a la zona de Néouvielle, ahora andamos explorando Larribet.

El triángulo de oro, Larribet.

 

Este año Txingu no nos acompaña, así que toca más peso para portear. Pero la aproximación no es excesivamente dura, en dos cómodas horas nos plantamos en el refu, y una hora más tarde o así estamos en la base de nuestra pared, que lleva ya cierto tiempo al sol.

Reconocemos la base del Pilier Est, pero esta vez seguimos un poco hacia arriba y hacia la izquierda. “Renforts estivaux” está prácticamente equipada, así que localizamos con facilidad los parabolts que brillan sobre el granito dorado.


Vistas del primer largo,

Una placa con cierto relieve al principio conduce en dos largos a una evidente vira, ganando en verticalidad a medida que asciende. El primer largo resulta cómodo, un placentero V para calentar. Pues la continuación se ve más peleona. Un 6b+ de placa, con la dificultad concentrada en tres o cuatro pasos en los que hay que manejar muy bien los pies, jugando con sutileza a ser equilibrista. Tras la placa toca una chimenea más atlética pero con más canto, y para terminar, una salida a la repisa donde casi vuelo. Uff!




El 2º largo desde la reunión.

6b+, en placa.

 

Gontzal se ocupa del tercer largo, corto pero tortuoso y con ambiente.. Sale de la reunión en travesía a la izquierda, dobla una esquina y le pierdo de vista. Así que no tendré referencias para descifrar este largo, duro, curioso y bonito (6b).

Aparecemos en otra vira, que seguimos descendiendo a la izquierda para llegar al último lienzo de pared, la guinda del pastel, cuya dificultad irá in crescendo. 

2º largo


 

El cuarto largo remonta un muro muy vertical, aunque lleno de setas y relieves. Los antebrazos van cargándose, y más que el V+ del croquis, a mí me da la sensación de vérmelas con un 6ª.

Gontzal supera limpiamente el quinto largo, de nuevo placa técnica, más tumbada pero con menos canto (6ª+) donde hay que estar atento para acertar con la secuencia de los pasos, no muy evidentes. Y así nos plantamos en la 5ª reunión, en la base del que sin duda es EL LARGAZO de la  vía. 

Llegando a la 2ª reunión

 

Iniciando el largo 3º, 6b.

El año pasado ya alucinamos con él, al rappelarlo tras escalar el Pilar E. Un largo de 50 m con una primera parte, de quince metros o así, muy vertical, dura y mantenida. Yo más que de 6b+, como viene en algún croquis, hablaría de 6c.

Me toca, así que me preparo, animado tras haber sacado hasta ahora todos los largos en libre. Me quito todo el peso superfluo, ¡hasta las gafas! La cámara también, por supuesto, así que no hay fotos de este largo. Lo bueno es que luego rappelaremos por la vía. 

4º largo, 5c

El primer parabolt está un poco alto, pero lo mosquetoneo con rapidez. El muro está surcado por una fisurilla vertical más bien ciega y con poco canto. Hay relieves, pero no son ninguna maravilla. Mosquetoneo la 2ª, la 3ª chapa, y a punto de volar tengo que echar mano del fifí. Tras reposar, sigo subiendo muy justito, al límite de la caída, alcanzo el siguiente seguro, lo mosquetoneo… y me cuelgo. Esta historia se repite unas cuantas veces. El caso es que subir, se sube en libre, hay canto, pero encadenar todos pasos está por encima de mis posibilidades. Ya estoy muy mayor.

Hasta que por fin la puñetera fisura se va abriendo, ofreciendo más presa, y de repente ya no estás en un 6b+ o lo que sea, sino en un 6ª por el que subes, con los brazos petados, otros 10 ò 15 m, y luego otros 20 o así de V con mucho aire entre los seguros, tanto que meteré algún friend antes de llegar a la reunión. 

5º largo, otra placa delicada, 6a+

 

Hay que ser objetivos. Aunque no haya salido “como il  faut” se trata de un largo cinco estrellas, como Gontzal podrá comprobar a su vez. Ahí arriba lo tenéis, esperando a que le hinquéis el diente. ¡Sí, sí, os lo digo a vosotros, ya sabéis!




 

En resumen, una muy buena vía, en un granito inmejorable, bien equipada y graduada, exigente, donde cada uno de los largos tiene su picante y su pelea, a excepción del primero. Y qué decir del último…Nos llevará 5 h de escalada y otra para rappelar. Tras trece horas de patear, escalar, contemplar y disfrutar, regresamos al coche felices y agotados, maravillados por la belleza de estos días de septiembre, que parecen hechos para escalar en montaña…

Renforts estivaux, Triangle d´Or, Larribet. 230 m, 6 largos, 6b+/c, 6ª obl?

Septiembre del 2021

Patxi Lasarte

 


To be or not to be?

 





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